En el informe, se señaló que "suponiendo que se superen
los obstáculos ambientales y la construcción puede comenzar a finales de 2014
(el final del mandato presidencial del señor José Mujica), la construcción de
la terminal podría estar terminando para 2017-2018. Esto permitiría a los
buques de carga grandes atracar en Uruguay y en consecuencia le daría al país
una importante ventaja competitiva frente a otros puertos de la región". La Unidad de Inteligencia de
la revista británica afirmó que "alrededor de 56 millones de toneladas se
movilizarían al año en el puerto, los que se convertiría a Uruguay en un
jugador logístico importante en la zona del Atlántico Sur".
"La demanda potencial se basa en los cereales
nacionales y regionales y las exportaciones de mineral de hierro", agregó.
Estas dependen del proyecto de la minera Aratirí.
En el informe se recordó que "el gobierno uruguayo
también quiere asegurar la participación de los sectores públicos y privados
brasileños en el proyecto" y aseguró que "en la práctica, la
viabilidad económica de la terminal depende de la carga y descarga de grandes cantidades
de bienes hacia y desde Brasil".
Para la
Unidad de Inteligencia de The Economist "la aprobación
del (puerto en el) Senado representa un importante paso adelante para un
proyecto de infraestructura que requerirá una inversión de entre US$ 800 millones
y US$ 1.000 millones y es considerado el más ambicioso de la administración del
presidente Mujica".
El País Digital