Adriana Belmonte y Diego Chomnalez se reunieron en Montevideo con
el flamante embajador argentino en Uruguay, Guillermo Montenegro, quien a poco de asumir en el cargo les ofreció
colaboración por parte del Estado argentino para esclarecer el hecho.
"El encuentro fue bueno, cordial, lo consideramos como otra vía
para llegar a la verdad. Yo deseo buscar a quien hizo esto, al responsable, no
a cualquiera", dijo la madre de Lola tras regresar a Buenos Aires.
Belmonte consideró que "es una situación delicada por ser en otro
país" y que no es su intención "herir susceptibilidades", pero
que una revisión de lo investigado "puede ayudar al esclarecimiento"
del hecho, que actualmente no tiene detenidos.
La madre del Lola afirmó que justo después del contacto con Montenegro,
se produjo el crimen de las mochileras mendocinas en Ecuador y que se podría
actuar de forma similar a ese caso.
"Estaría bueno si Argentina puede colaborar, no porque desconfíe
del gobierno uruguayo, pero a mí se me ocurrió que revisen, que se haga una
auditoría sobre los peritajes hechos y los detenidos", explicó.
Belmonte remarcó que "la familia no está conforme con el
trabajo" de la Policía uruguaya y sostuvo que "tal vez ellos no
tienen los medios o es erróneo el método que usaron" al investigar el
crimen de su hija.
En su visita a Uruguay, la familia aprovechó también para reunirse con
su abogado, Jorge Barrera, quien les manifestó que la causa "sigue
activa", pero no hay ninguna novedad que cambie el rumbo del expediente
por ahora.
En la última comunicación que la familia tuvo con el fiscal, les explicó
que estaba haciendo una revisión de todo el expediente, que ya acumula
numerosos cuerpos.
Uno de las cuestiones que no le cierra a la familia es todo lo
relacionado al hallazgo de la mochila de Lola, encontrada en la playa de Barra
de Valizas el 14 de enero de 2015, es decir casi dos semanas después de que la
hallaran asesinada.
En el interior de la mochila, junto con otras pertenencias, se halló un
toallón playero que tenía una mancha de sangre y desde entonces se comparó ese
material genético con el de todos los detenidos que tuvo la causa, pero siempre
dio negativo y por eso todos fueron liberados.
"Esa sangre, ¿es del asesino?. Es una pregunta que siempre nos
hacemos y pensamos cuán veraz es esa mancha porque la mochila aparece muchos días
después, casi justo cuando la actual jueza asume en la causa. No sé si no fue
plantada", enfatizó la madre de la víctima.
Belmonte también dijo que le genera dudas la declaración del sospechoso
apodado "Cachina" porque la modificó varias veces y finalmente
terminó excarcelado. "Primero dijo que le ofreció una estampita, después
que la vio descompensada, después que habló con ella y como se asustó, se
fue.¡Es una locura!", afirmó. "Esto es como una tiniebla, estás a la
búsqueda de la luz, pero el mientras tanto es muy desgastante", agregó.
Lola (15) viajó a Barra de Valizas el sábado 27 de diciembre de 2014
para alojarse en la casa de su madrina, Claudia Fernández, que se encontraba
junto a su esposo, Hernán Tuzinkevcih, y el hijo de éste. El domingo siguiente,
la chica desapareció cuando salió a caminar por la playa y dos días después fue
encontrada asesinada a unos cuatro kilómetros de la casa, en una zona de
médanos.
Mediante la autopsia se determinó que Lola murió por asfixia por
sofocación y que presentaba varios cortes hechos con un arma blanca en
distintas partes del cuerpo.
Durante la pesquisa, unas 30 personas, entre ellas la madrina de Lola y
su esposo, quienes nunca más se contactaron con la familia Chomnalez según
Belmonte, fueron detenidas como sospechosas y luego liberadas, al tiempo que se
siguieron distintas pistas que posteriormente se descartaron. También fue
sometido a un estudio de ADN el hijastro de 14 años de la madrina de Lola, que
estaba con ellos en Valizas, aunque ese estudio también dio negativo.
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