lunes, 21 de febrero de 2011

LOS 40, LA HORA DE LA EDUCACION Y LAS VISIONES A CONTRAMANO


Ahora en Rochaaldia ,les presentaremos ,la columna de Gonzalo Perera ,analista y matemático,agradecemos a Gonzalo por aceptar ,la invitacion de formar parte de nuestro diario digital.

Escribe Gonzalo Perera

Al parecer, el debate político central para el 2011 girará en torno a la Educación y a la distribución de la riqueza. Enhorabuena.
En particular, sin juzgar esfuerzos e intenciones, parece haber un extendido consenso social sobre que la Educación en nuestro país ­particularmente la Educación Pública­ no ha tenido en los últimos años progresos sustantivos.
A la hora de discutir las causas, los "por qué", y las medidas a tomar, los "cómo", los consensos se diluyen, naturalmente, por lo que la tarea no será sencilla.
A su vez, en esto días, los frenteamplistas celebramos los 40 años de la herramienta de los cambios sociales que generaciones de uruguayos construyeron como respuesta a la caída en picada de la "Suiza de América".
40 años es edad de juvenil madurez y como tal, el FA se ve enfrentado a renovarse y reafirmarse a la vez, emprender con mayores bríos tareas que han quedado postergadas y hacerlo con madurez, yendo al fondo de los temas sin vacilaciones, pero sin sectarismos, caudillismos, iluminismos y otros males propios de la adolescencia política.
En todos estos festejos se ha mencionado con toda justicia a los que deberían estar y ya no nos acompañan, a los compañeros que nos arrancó la insanía asesina de la dictadura o el paso del tiempo, o los malditos caprichos de la muerte temprana. También se ha reiterado que tanto o más importante que los grandes nombres son los centenares de miles de anónimos. Es completamente cierto, pero suele olvidarse.
A veces, una forma de recordar que la base del poder político son los cientos miles de anónimos y no los muy pocos célebres, es romper el anonimato, aunque sea en un ejemplo ilustrativo. Y hacerlo desde el afecto y la razón.
He leído textos, incluso de profesionales, oponiendo la "verdadera vida" a la "vida virtual". Es evidente que no es lo mismo, y que, aun para quienes por su profesión y formación la computadora es una compañía inseparable de muchas horas al día, las cosas más importantes de la vida pasan fuera de la pantalla, lejos de teclados y ratones. Pero una cosa es "ser diferente" y otra es "estar en oposición". Porque el ser humano es uno solo y sus afectos, sus relaciones sociales, sus vínculos, no saben de tecnología. Si uno aprende a respetar, apreciar y querer a alguien a través del vínculo virtual, el que brindan muchas horas de discutir o intercambiar saberes o inquietudes gracias a la banda ancha...¿quién, y con qué autoridad, puede decir que ese sentir y esa vivencia no es genuina, sentida y profunda?
Mi primer contacto con Jorge Nelson Olivera Sosa a través de la red social Facebook fue catastrófico. Me escribió de todo menos elogios y mi respuesta no le fue en zaga. Sinceramente, no recuerdo en absoluto el tema en discusión, pero sí que desencadenó algo muy parecido a un choque de trenes. Sin embargo, poco a poco fuimos dialogando. A veces concordando, a veces discrepando, a veces volviéndonos a enojar. Pero cada vez con menor intensidad. Pues paso a paso, uno empezaba a entender y reconocer. Jorge era tremendamente frontal en sus opiniones, algunas que aún hoy sigo sin compartir. Pero en otras me hizo pensar muchísimo y él se había informado y había reflexionado mucho más que yo, por lo que, lógicamente, sabía más que yo. Y por ende, dialogar con él me significó aprender y pensar en lo que parecía impensable.
Jorge era un hombre de izquierda, pero un feroz y persistente crítico del Plan Ceibal. Nada más ni nada menos que del Plan Ceibal. El que, si bien no estaba en el programa previo al acceso al gobierno del FA, se constituyó, finalmente, en buque insignia de la Presidencia de Tabaré y en una suerte de orgullo nacional. El Plan Ceibal, la maravilla de todos los niños navegando en Internet con sus laptop, la tecnología en todos los hogares, la hermosísima canción de Drexler y el impacto de algunas hazañas que hacían los gurises con sus máquinas. ¡ Madre mía! Tocarnos el Plan Ceibal a muchos, sobre todo frenteamplistas, era casi como una blasfemia. Pero Jorge nos fue acercando material, algunos señalando los posibles efectos del Plan a dos o tres años de estarse ejecutando. Y la realidad parece haberle dado la razón. Nos apuntó críticas a cierto exitismo o facilismo tecnicista que nos estaba ganando como sociedad. Y tenía razón.
Y retomando el punto del principio Jorge se preguntaba si la "ceibalización" de la Educación, esto es, centrar gran parte de la expectativa educativa en torno al gurí y su XO, no nos estaba distrayendo de contenidos educativos, evaluaciones a fondo de la evolución de la Educación Pública, planes efectivos para la mejora de la calidad educativa, tanto general como muy particularmente de las clases sociales más urgidas por programas de contención y estímulo efectivos. Sinceramente creo que, al menos en parte, tenía razón. Como colectivo construimos un gran consenso en torno a una panacea que nos ponía a la vanguardia del mundo. Y hoy vemos que muchos gurises de barrios populares leen poco y mal, hacen cuentas desastrosamente y presentan carencias de información y de formación muy severas.
Yo era uno de los que creían en la panacea. La defendí ardorosamente. Hasta que, primero a los ciber-gritos y luego dialogando y entendiendo, los cuestionamientos de Jorge me hicieron repensar algunas cosas. Y hacerme leer más, pensar más, informarme de manera más diversa. Aprender.
Posiblemente, querido lector, para usted Jorge haya sido hasta hoy un anónimo. Para muchos usuarios de Facebook, o lectores de su blog http://bloguentarios.blogspot.com, no lo era. Era un compañero crítico y a veces "percusivo". De esos que, en su conjunto, le dan fuerza y vitalidad al colectivo político. El que conducen unos pocos, que le ponen cara visible. Pero que es el agregado de tantos y tantos pensares, sentires, luchas, convicciones y visiones críticas, sin los cuales un proyecto político no es más que palabras huecas.
Jorge Nelson Olivera Sosa falleció este fin de semana. Muchos usuarios del mundo virtual lo vamos a extrañar. Para aportar algún documento interesante o tirarnos una andanada crítica. Para hacernos pensar en alguna dirección que nos parecía impensable, a contramano de la visión predominante.
No pretendo con estas palabras homenajearle, pues él sería el primero que ante tal actitud me enviaría un fogonazo de palabras vía Facebook. Se trata de ver, en un nombre y apellido concreto, un ejemplo específico de un ser humano, querible, imperfecto, un compañero de esos que no aparecen en los grandes medios pero que son pilares del proyecto de un país más justo, igualitario y libre.
Por un tiempo indeterminado, Jorge se ha tomado licencia en su rol de avispón cibernético. Tarde o temprano, todos, del más encumbrado al más humilde, tomaremos similares rumbos. Algunos, al hacerlo, dejarán a mucha gente pensando y revisando certezas, en pos de mayor justicia, libertad e igualdad. Es el legado que da sentido a ir por 40 años más del FA, pero siempre como gran herramienta para los cambios.
Porque el FA no debe cambiar su identidad o su programa, para así conquistar mayores adhesiones y mantenerse en el poder. Debe en todo caso conquistar las adhesiones necesarias para mantenerse en el poder el tiempo necesario para gestar los más profundos y avanzados cambios. Pero sin que el necesario alegato a la unidad nos prive de repensar siempre. O, mucho peor, nos haga acallar las imprescindibles voces que nos plantean preguntas incómodas y nos sorprenden con sus visiones a contramano.