lunes, 15 de agosto de 2011

EL COQUETEO CON LA ILUSIÓN

Hizo lo necesario, no hubo pésames y ahora: Va por el título
asi lo ve la prensa de Salto
De más a menos. Aunque lejos de aquel Ferro, la consigna consumada: 2-1.
Al filo de la navaja
A los 29’ del segundo tiempo, cuando Santiago Barboza, el delantero de punta, picó frontal. Cuando Diego Burgos salió a tapar, el rochense se quedó sin espacio posible y la desvió. Por los 37’ de ese segundo tiempo, el central Diego Miranda metió el frentazo y la pelota se fue por sobre el larguero. No fueron las únicas. Alguna más también, en esos 45’ finales en que Ferro Carril fue perdiendo pie peligrosamente, a veces incluso quemándole la pelota, sin procurarse la retención arriba y tentar el ordenamiento. Porque en definitiva, un dato no es menor: en la recta final, ninguna situación ofensiva específica.
Es extraño en Ferro, que concluya ganando 2 a 1, pero lejos del Ferro-poder, del Ferro-potencial, del Ferro-apto. El resultado, con validez. El contenido…precario.
Costó identificar en el segundo tiempo, al Ferro de la esencia generosa y la articulación de ideas. Costó demasiado. La consigna consumada. Es cierto.
El 2 a 1 y allanando el camino a la tercera y definitiva final. Es lo que Ferro quería. Del querer al ser. El objetivo contemplado. Entonces, se dirá: ¿es eso lo que importa y punto y lo demás es accesorio? Al margen mismo de alguna que otra pretensión analítica?
CLARO, ENTENDAMOSNOS…
Ganando Lavalleja en casa, le transfirió al equipo de Ramón Rivas todo el torrente de la responsabilidad misma. Entonces, ¿hasta que punto el factor mental no influye?.
Después de todo, el fútbol primero pasa por la mente. Por eso, a Ferro Carril no le faltaron perturbaciones. De arranque nomás.
Hasta que en los 20’, Carlos Vera mandó un tiro libre casi a ras del piso, que se clavó contra el palo izquierdo de Lemos. La pólvora de Vera y la justeza de pegada.
El 1 a 0. Diez minutos después, el mismo Vera para ejercerle castigo a esa pelota que pudo ser gol. Fue acaso, el tiempo más equilibrado de Ferro.
Midiéndose, taponando, jugando a favor de la cohesión genera. A Lavalleja le costó ser protagonista. Rol secundario en el trámite.
EL VIENTO MALDITO Y DIEGO TAMBIÉN…
A los 35’, cuando surgió la ejecución en tiro libre. Nelson González, le entró desde casi 40 metros. La pelota se fue cerrando. El viento fue aliado incondicional. Potenció el envío. Diego Burgos en posición de adelantamiento. Igualmente fue cómplice sumando su error.
Al cabo del partido, el propio Diego lo admitió, en actitud de franca confesión, sin rendirle cuenta a ninguna mentira o escape argumental: lo que es… es.
El 4-3-3 de Ferro. El 4-4-2 de Lavalleja. La amenaza que supuso siempre Santiago Barboza, un flaco de área, que no le hace asco a la invasión por el sector que sea.
¿Qué fue lo mejor que le pasó a Ferro Carril? Haber pasado de esa duda defensiva al desnivel, cuando Marcio Backes inventó un golazo.
Frontal para recibir primero y empalmar después. De casi 25 metros. Esquinando la bala que se metió a media altura. El alma volvía al cuerpo…
AL FINAL DE CUENTAS, EL COQUETEO CON LA ILUSIÓN
En ese segundo tiempo de la vacilación. De la pelota tirada en vez de jugada. Un Ferro jugando en largo y no asegurando el control. Hasta pareció semejarse a un grueso error conceptual. La no influencia de Iriarte, las luces apagadas de Quiroga cuando entró la pelota siempre llegándole divida a Ferreira y entonces, ¿qué fue Ferro a la hora de empuñar la bandera ofensiva?: Carlos Vera.
Aunque al cabo, la soledad de su ambición creadora y ese Lavalleja que no lo pensó dos veces. Fue y fue. Que no dejó de trasmitir actitud a favor del sentido de ataque.
Ferro fue sacando pelotas, en medio de la rusticidad ofensiva y la potencia de Bruno Fiordelmondo para sorprender con un par de escaladas, pero sin el porte de aquel Ferro. Costó identificarlo. Distante del apto regulador de trámite, pero acaso localizando de última, el objetivo: tenía que ganar y ganó. La conclusión fue terminante. Los tres puntos a sus bolsillos. El sueño de campeón permanecido encendido. En siete días debiera volver a ser aquel. Acaso el Ferro Carril original. El de la jerarquía sin maquillajes.
El pretendiente a la corona. Ese mismo.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
9-00
Diego Burgos, Jorge Alvez, Sebastián Silveira, Nicolás Ferreira y Pablo Maliunovsky. Los cinco ferrocarrileros creando superioridad sobre González y Santiago Barboza. Por poco el delantero no concluyó empatando en los 29′ de la recta final.
Detalles
Campo de juego: Parque “Ernesto Dickinson” de Salto. Segundo partido final del Torneo del Interior de Clubes. Árbitros de Colonia Capital: Marcelo Larrama (mediocre), Peter Cajes y Sergio Boné (Asistentes), Eduardo Hernández (Cuarto Arbitro). Entradas vendidas: 1.708. Asistencia: 2.500 aficionados.
FERRO CARRIL (2)- Diego Sebastián Burgos; Sergio Matías Suárez, Jorge Luis Alves, Pablo Malinovsky, Bruno Fiordelmondo; Sebastián Silveira, José María Di Nápoli, Juan Alberto Iriarte; Jorge Nicolás Ferreira (Fabricio Lairihoy), Carlos Vera, Marcio Backes (Rodrigo Quiroga).
Director Técnico: Ramón Walter Rivas.
LAVALLEJA (1)- Oscar Lemos; Enzo Decuadra, Diego Miranda, Nelson Matías González, Matías Feola; Danny López, Luis Maguregui, Gonzalo González (Pereira), Augusto Barboza; Roberto Pioli (Pedro Cardozo) y Santiago Barboza. DT: Enrique Pereyra y Nelson González.
GOLES: 20’ Carlos Vera (F.C); 35’ Nelson Matías González (L); 39’ Marcio Backes (F.C).
EL MEJOR DE LA CANCHA: 
José María Di Nápoli-Carlos Vera.
EL MEJOR DE LAVALLEJA:
Diego Miranda.
9-2
El turno de búsqueda por Fabricio Lairihoy. La tentativa de bloqueo por Diego Miranda.
9-3
Al sentido de sacrificio lo expone Sebastián Silveira, frente a Augusto Barboza. Lavalleja fue duro siempre. Y será duro en la definitiva.
9-4
La pegada de Carlos Vera. Implacable.  Potencia, estilo, clase. La pelota ya se incrustó, bien abajo contra el palo. El 1 a 0 transitorio de la franja.
Uno por uno
De “Josema” a Vera y razón de respuesta
DIEGO SEBASTIAN BURGOS (3)- Un único error imputable: en el gol de Lavalleja, cuando el tiro libre se fue cerrando. No calculó. Se adelantó. Antes y después, sólido.
SERGIO MATÍAS SUÁREZ (2)- Sin repetir. Fragilidad en más de una tentativa de contención. Al margen de su vocación de búsqueda ofensiva.
JORGE LUIS ÁLVEZ (2)- Más de una vacilación, sobre todo cuando se jugó a cortar fuera de área. No fue una tarde con garantía real.
PABLO MALINOVSKY (3)- Metió coraje. Expuso el caudal de su entrega siempre. Aún con imperfecciones. Pero a la actitud es del caso valorarla. Cuestión de justicia.
BRUNO FIORDELMONDO (3)- Bien de marca y bien a la hora de proyectarse. El peso de una personalidad que tiene. Además, su disciplina para ordenarse siempre.
SEBASTIAN SILVEIRA (2)- Si Ferro fue de más a menos en materia de rendimiento, lo de Sebastián es una síntesis. Un singularmente válido primer tiempo, a las tenues luces del segundo.
JOSÉ MARÍA DI NÁPOLI (3)- La regularidad de “Josema”. En este caso, hay que hablar de los 90 minutos. Aplicación de marca y el de la serenidad a la hora de manejar la pelota, con sentido de la oportunidad a la medida.
JUAN ALBERTO IRIARTE (2)- Cuando el “Juanchi” implica gravitación, es posible que Ferro sea cortante y vital en los 20 metros finales. Lo de ayer, de relatividad concreta. Poquito. Es obvio establecer que es más de lo que fue.
CARLOS VERA (3)- El tiro libre a pura magia a la hora del 1 a 0. Otra chance que pudo concluir en gol. En la recta final, el que más tentó profundizar. En definitiva, de los que no se paró nunca. De los que persistió siempre.
NICOLÁS FERREIRA (2)- Voluntad expresa. Una y otra vez. Pero con dos aspectos contrarios: mal le llegó la pelota y su permanente inferioridad numérica. Sin chance de conversión.
MARCIO BACKES (3)- Dinámica de movimientos y un golazo. Ya en el segundo tiempo, merma física con dolencia incluida. La hora de ser sustituido.
FABRICIO LAIRIHOY (x)- El “Cuervo” por Ferreira. Algunas pelotas pasaron por él, pero lejos del área.
RODRIGO QUIROGA (2)- Más insinuaciones que concreciones. Manejó la gambeta como sabe y resolvió como no debe. Al fin de cuentas, sin prevalecer.
Un tal Marcelo Larrama: el culto a la mediocridad
Fue el árbitro central del partido. Pertenece a la Liga de Colonia (capital). Se llama Marcelo Larrama. Como todas las ternas que ingresan al campo de juego del Dickinson, custodiado por policías. Esa escena se prolonga hasta la media cancha, cuando los agentes asumen otras posiciones. Antes de iniciarse el segundo tiempo, los 22 jugadores disponibles. Menos la terna, a la que hubo que aguardar por lo menos tres o cuatro minutos. Los errores técnicos de Larrama fueron gruesísimos, con infracciones que sobre todo en la media hora final, poco menos que sitiaron a Ferro. Igualmente en el aspecto disciplinario con más de una pifia argumental. Los árbitros como Larrama, suelen apelar a las amarillas, para disminuir el efecto de su mediocridad. Desde la Organización del Fútbol del Interior, se trasladan a la acción, experimentos pocos concebibles como estos. O de nefasta concepción. 
En Trinidad, la 3ª y definitiva
Ya no más interrogantes, sobre la sede del tercer y definitivo partido final entre Ferro Carril de Salto y Lavalleja de Rocha, para determinar quién de los dos es el nuevo rey del Interior a nivel de clubes. Se jugará el próximo domingo 21 de agosto a las 15 horas en el Estadio Juan Antonio Lavalleja de Trinidad. Virtualmente, en el corazón del país, no menos que equidistante para Ferro Carril y Lavalleja. Para la franja volverá a ser una semana a la que no le faltará condimento: el miércoles ante Deportivo Artigas para complementar la última fecha de la primera rueda en el certamen local, mientras que el sábado estará viajando al centro de la república. La única ausencia, será la de Nicolás Ferreira por la acumulación de la quinta tarjeta amarilla, por lo que es más que factible el despegue como titular de Fabricio Lairihoy.

© 2011 Diario El Pueblo=Salto | Uruguay