miércoles, 17 de agosto de 2011

en picada

El dólar interbancario quebró la referencia de $ 18,5 en el mercado local luego de un día sin operativa por el paro en la banca oficial.
El interbancario promedio fondo cerró en $ 18,435 en un descenso de 0,74% frente a los $ 18,573 del lunes.
Las puntas en el mercado interbancario terminaron en $ 18,50 a la compra y $ 18,55 a la venta.
En tanto, en la pizarra del Banco República, el billete verde terminó a $ 18,20 la compra (15 centésimos más que el cierre anterior) y $ 18,80 la venta (15 centésimos menos).


 
 
 
Columna del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Diálogo nacional por el empleo
Sitúese en un momento del pasado (o del futuro, si prefiere). Imagine que ve titulares de periódicos que dicen “recesión”, “desempleo”. Y carteles que dicen “no hay vacantes” o “no se requiere personal”. Vamos, no es tan difícil. Si vive en Uruguay y tiene más de veinte años, no tendrá problema en ambientar el (mal) sueño con lugares y arquitecturas reconocibles. Si tiene menos edad o su memoria no es buena, o simplemente no tiene ganas de jugar a viajar en el tiempo, imagínese que está en otro país. Piense en algunos de los países llamados “centrales” y las últimas noticias que le llegaron desde allí. Seguro no tendrá problemas para escoger.
Puesto en esa situación imaginaria, no sería tan sorprendente ver aparecer otro titular que dijera “Gobierno preocupado por alto desempleo: convocan a un gran diálogo nacional”. Lógico. Frente a un gran problema, es razonable intentar sumar esfuerzos, capacidades, voluntades.
Listo, volvamos al presente. Los titulares son “crecimiento”, “mayor inversión registrada”, “desempleo cae a niveles históricamente inéditos”, “crece el empleo”. ¿Es que acaso se acabaron los problemas? ¿Dejamos que las cosas caminen solas –si total van bien- y no hace falta juntarnos y tratar de trabajar juntos?
Ya sabemos que no es así. Cuando unos problemas desaparecen, o se achican, aparecen otros. O bien se vuelven más visibles algunos problemas que antes estaban tapados por “problemotes”. Y que las cosas pueden –ahora- estar marchando bien, pero mañana tal vez no anden tan bien.
En estas circunstancias convocar a un Diálogo Nacional por el Empleo, es una señal de prudencia y sabiduría. Manifiesta voluntad de anticipación, voluntad de no caer en la autocomplacencia, mirada crítica. Y sobre todo conciencia de que las cosas que nos interesan colectivamente, colectivamente deben ser construidas.
El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, con el apoyo de la OIT y de la UDELAR, lanzó el pasado 5 de mayo el Diálogo Nacional por el Empleo, convocando a todas las instituciones públicas cuya acción, directa o indirectamente, tiene que ver con el empleo. A los empresarios y a los trabajadores, a través de sus organizaciones. Y a todos aquellos actores y organizaciones interesadas en estos temas. Desde entonces todas las semanas –sin excepción- han sido de intercambio de ideas, de elaboración, de construcción de acuerdos. Y así seguirán, al menos con el actual ritmo, hasta octubre de este año. Porque sí que hay temas para resolver, y algunos, muy urgentes.
Primero, los y las jóvenes, afectados más que otros grupos de nuestra sociedad por la exclusión, el desempleo y la precariedad laboral. Con niveles no admisibles de desvinculación de las oportunidades de educación y formación profesional. Sobre ello nos concentramos durante el mes de mayo, y allí estuvieron, aportando, el MTSS, el MIDES con el INJU, la UTU, los programas de INEFOP, los empresarios, los trabajadores, las ONGs, entre otros. Y surgieron acuerdos, quedaron procesos instalados, ya se están implementando acciones. Ya lo reseñaremos en detalle en próximas columnas.
Segundo, en junio, nos concentramos en otro problema actual, una “dolencia del crecimiento”. La oferta laboral (las personas que desean trabajar) es insuficiente para la actual demanda laboral (los trabajadores que la economía requiere). Las mujeres tienen hoy una tasa de actividad del orden del 54%, cerca de un 20% menos que los varones. Construimos acuerdos para desarrollar políticas que permitan a todas aquellas mujeres que desean trabajar, hacerlo. Construimos también acuerdos en materia migratoria. Para los uruguayos que residen en el exterior (vinculación), para los que desean volver y ya lo están haciendo (retorno), para los extranjeros que llegan y llegarán a buscar oportunidades en esta tierra y continuar –como a lo largo de nuestra historia- contribuyendo al enriquecimiento económico, social y cultural del Uruguay. Ya habrá oportunidad de describir estos acuerdos también.
Ahora, en julio, la lente se enfoca en el tema de la correspondencia entre las calificaciones de la oferta laboral, y lo que la economía está demandando en materia de conocimiento. Gran tema, de ayer, de hoy, de siempre. Perfeccionar nuestras políticas de educación, formación profesional y capacitación. Se está trabajando ahora mismo y ya vendrán los acuerdos y, por qué no, los desacuerdos, que también se progresa consignándolos.
En agosto vamos a discutir cuáles son las políticas de protección del empleo más apropiadas en las diferentes fases del ciclo económico. En especial, tratando de anticipar situaciones económicas y laborales menos favorables que las actuales, para actuar con más puntería, con mayor efectividad, a efectos de preservar –en cualquier circunstancia- a las personas y su talento.
Para setiembre, tocará el turno de abordar el empleo, pero desde la perspectiva de otras políticas –no estrictamente de mercado de trabajo- pero con claro impacto sobre éste. Las políticas de inversión, de innovación, de apoyo a las micro, pequeñas y medianas empresas, considerando aquellos sectores y cadenas productivas que más pueden aportar a crear más trabajo y de mayor calidad para todos los uruguayos.
Seguiremos dialogando.