Los ejercicios tienen su base de operaciones y logística en la pista de emergencia situada en el kilómetro 306 de la ruta anteriormente mencionada.
Los ejercicios incluyen aviones, helicópteros y personal de tierra.
Esto forma parte del plan anual de entrenamiento de las tripulaciones del escuadrón aéreo.
El escuadrón aéreo número 2 cuenta con una flota de doce aeronaves de fabricación norteamericana, que pueden alcanzar velocidades de hasta 800 km/h.
En el marco del despliegue del Escuadrón Aéreo N°2 (Caza) en el departamento de Rocha, involucran a más de 70 efectivos entre tripulaciones, técnicos y personal para la seguridad y apoyo a la actividad. Asimismo se movilizarán aeronaves de combate, de transporte y helicópteros de rescate.
En cuanto al material terrestre, habrá presencia de camiones cisternas de combustible, vehículos y puestos de apoyo en general.
“El espacio aéreo, nuestra soberanía, está bien defendida y el Centro de Operaciones Aéreas ante un vuelo ilícito, determina que las aeronaves interceptoras (en este caso como están haciendo estos ejercicios las aeronaves A-37) decolen hacia una posición en donde primero es identificada”, explicaròn desde Relaciones Públicas de la Fuerza Aérea Uruguaya.
Uruguay cuenta con radares civiles y dos radares militares, uno ubicado en Santa Clara de Olimar, en Treinta y Tres, y otro móvil, lo que permite al Centro de Operaciones Aéreas visualizar todos los lugares donde podría esconderse un vuelo no autorizado y enviar hacia allí a los caza.
Las aeronaves tienen que primero interceptarla y luego identificar sus matrículas. Una vez que es pasada esa información y si se determina que es un vuelo ilícito, se le da, primero por radio o sino por señas visuales, la orden de aterrizar en territorio nacional, se nos informò.
Si la aeronave se niega a aterrizar, es dirigida hacia un país vecino, con los que Uruguay tiene tratados de defensa aérea binacionales. A diferencia de Brasil, Uruguay no tiene protocolos para derribar una aeronave y los A-37 sólo pueden activar su armamento en defensa propia.
Las maniobras de aproximación e interceptación son arriesgadas y se entrenan con una aeronave ficticia de la Fuerza Aérea que no da su posición. El entrenamiento en distintas bases del país, con diferencias en la servidumbre, las pistas y las condiciones del viento que determinan características diferentes en todas las etapas del vuelo, es crucial para los pilotos.