Por Oscar Bruno Cedrés
Recordar al popular «JORGE», el de Lavalleja, es para nosotros algo muy concerniente a nuestra actividad en el fútbol local.
Fueron muchos años que participamos de la vida del Club Lavalleja juntos, en las buenas y en las malas, pero nunca bajando la cabeza.
Fue un hincha muy específico, de esos típicos que tienen todas y cada una de las localidades de nuestro país.
Un personaje rochense como lo fueron: Macario; Manuela; Generoso con su vara de mimbre; el «capitán» Cabrera con su perro; Honorato; el «Hombre de la Luna»; el «Loco» Julio; Rochita; Antoñito el de Peñarol; el «Mudo» el lustrador del salón de Ramiro Molina; el «Catarata» y su River; «Pepa» Cruz el canillita y sus corridas tirándoles piedras a quien se metiera con él; el «Coloso» y su carro; «Hulk», «La Mona» y su gentil saludo; Gamarrita y su gran afición por los autos, entre muchos otros más.
Jorge Sosa, siempre anduvo con su carro pintado con los colores albi verdes de su querido Club, tirado por su caballo «Mi Chiquito», por las calles de nuestra ciudad, el que fue su único medio de vida, con él realizaba «changas» para poder así subsistir.
Nació, vivió y murió en la zona de los Tres Barrios, porque para él el Machado, el Lavalleja o el Viera eran lo mismo, eran la zona de su querido LAVALLEJITA.
De origen humilde, vivió humilde, pero rodeado por toda la gente del fútbol, porque era amigo de propios y adversarios.
Fue un tiempo a la Escuela, a la No. 4, a la vieja Escuela Juan Antonio Lavalleja, donde tuvo como maestra a la señora Izcua de Canto, pero la vida y la necesidad de subsistir lo obligaron a abandonar los estudios y dedicarse a laburar.
No solo el fútbol fue su pasión, el ciclismo y las carreras de caballos también lo apasionaban.
En el ciclismo corría en las carreras de socios que organizaba el Club Peñarol, siendo uno de sus animadores, también fueron históricas sus entradas encabezando las competencias como Rutas de América y la Vuelta del Uruguay, cuando estas llegan a nuestra ciudad.
En su historial en carreras de caballos quedó para el mejor recuerdo su participación con su caballo «El Chiquito» en la carrera de la novia, dentro de muchas que participó.
De el poema de Ariel Lazo, «Pa´El Jorge», luego grabado en el cassette «Lavalleja a ganar», extraemos el final del mismo como homenaje a tan singular y querido personaje popular de un Rocha que ya se nos fue y que no volverá:
«Muchos quieren molestarlo,
hacerle callar sus voces,
pero la locura es placer
que sólo un loco conoce.
Ya terminado el partido,
amargado o de festín
El Loco Jorge nos dice
«no te entregues Lavalleja
hasta el fin».
El JORGE, el de los Tres Barrios, el que perdía la razón detrás de un alambrado cuando su equipo recibía un gol o el juez de turno, para él ( o para todos) se equivocaban, o al golero adversario la daba por hacer tiempo, el que lloraba por Lavalleja, el que siempre estará en el recuerdo y la memoria de todos los que estuvieron vinculados a la casaca albi verde, esta semblanza escrita con toda la emoción y el afecto que nos produce recordarlo.
Recordar al popular «JORGE», el de Lavalleja, es para nosotros algo muy concerniente a nuestra actividad en el fútbol local.
Fueron muchos años que participamos de la vida del Club Lavalleja juntos, en las buenas y en las malas, pero nunca bajando la cabeza.
Fue un hincha muy específico, de esos típicos que tienen todas y cada una de las localidades de nuestro país.
Un personaje rochense como lo fueron: Macario; Manuela; Generoso con su vara de mimbre; el «capitán» Cabrera con su perro; Honorato; el «Hombre de la Luna»; el «Loco» Julio; Rochita; Antoñito el de Peñarol; el «Mudo» el lustrador del salón de Ramiro Molina; el «Catarata» y su River; «Pepa» Cruz el canillita y sus corridas tirándoles piedras a quien se metiera con él; el «Coloso» y su carro; «Hulk», «La Mona» y su gentil saludo; Gamarrita y su gran afición por los autos, entre muchos otros más.
Jorge Sosa, siempre anduvo con su carro pintado con los colores albi verdes de su querido Club, tirado por su caballo «Mi Chiquito», por las calles de nuestra ciudad, el que fue su único medio de vida, con él realizaba «changas» para poder así subsistir.
Nació, vivió y murió en la zona de los Tres Barrios, porque para él el Machado, el Lavalleja o el Viera eran lo mismo, eran la zona de su querido LAVALLEJITA.
De origen humilde, vivió humilde, pero rodeado por toda la gente del fútbol, porque era amigo de propios y adversarios.
Fue un tiempo a la Escuela, a la No. 4, a la vieja Escuela Juan Antonio Lavalleja, donde tuvo como maestra a la señora Izcua de Canto, pero la vida y la necesidad de subsistir lo obligaron a abandonar los estudios y dedicarse a laburar.
No solo el fútbol fue su pasión, el ciclismo y las carreras de caballos también lo apasionaban.
En el ciclismo corría en las carreras de socios que organizaba el Club Peñarol, siendo uno de sus animadores, también fueron históricas sus entradas encabezando las competencias como Rutas de América y la Vuelta del Uruguay, cuando estas llegan a nuestra ciudad.
En su historial en carreras de caballos quedó para el mejor recuerdo su participación con su caballo «El Chiquito» en la carrera de la novia, dentro de muchas que participó.
De el poema de Ariel Lazo, «Pa´El Jorge», luego grabado en el cassette «Lavalleja a ganar», extraemos el final del mismo como homenaje a tan singular y querido personaje popular de un Rocha que ya se nos fue y que no volverá:
«Muchos quieren molestarlo,
hacerle callar sus voces,
pero la locura es placer
que sólo un loco conoce.
Ya terminado el partido,
amargado o de festín
El Loco Jorge nos dice
«no te entregues Lavalleja
hasta el fin».
El JORGE, el de los Tres Barrios, el que perdía la razón detrás de un alambrado cuando su equipo recibía un gol o el juez de turno, para él ( o para todos) se equivocaban, o al golero adversario la daba por hacer tiempo, el que lloraba por Lavalleja, el que siempre estará en el recuerdo y la memoria de todos los que estuvieron vinculados a la casaca albi verde, esta semblanza escrita con toda la emoción y el afecto que nos produce recordarlo.