Estos días de cumpleaños de la Ciudad de Rocha, para quienes
somos sus hijos y en ellas hemos crecido y vuelto para devolver, son días de
reflexión.
Como los abuelos, la Ciudad de Rocha debería ser para toda
nuestra gente una razón de cuidados, recuerdos, compromisos y oportunidad para
hacerla mejor.
Esta ciudad está cumpliendo años de abuela, añosa y
experimentada, y como abuela o abuelo también esperanzada y soñadora.
Son pocas las abuelas que nos muestran desazón o malas
palabras cuando hablamos con ellas.
Su sentido de la vida vivida, en el caso de las ciudades y
los pueblos, se expresa en la memoria de la gente que la habita, las historias
habladas y trasmitidas generación tras generación; las crónicas escritas y su
versión de lo cotidiano; sus calles antiguas y nuevas; sus casas y sus plazas.
Toda su fisonomía nos expresa la dura experiencia del
trabajo, las frustraciones, las metas alcanzadas, una indoblegable voluntad de
seguir creciendo siempre.
En estos días de cumpleaños de la Ciudad de Rocha, además,
los rochenses debiéramos celebrar sus 220 años con la comprensión plena, bien
conciente, de que es un enclave urbano
muy joven.
Si bien antes hubo muchos habitantes primeros de estas
tierras, nativas de pesquerías, rebaños de ciervos y piedras para pulir,
campamentos y asentamientos de tierras donde su sembraron semillas hace 5 mil
años, este enclave urbano de apenas 220 años es un asentamiento de expresiones
culturales bien recientes. En el contexto de la antigua historia de la
naturaleza y de la antigua historia humana total… es un despertar de
asentamiento reciente.
Es parte de una historia que recién comienza.
Pero además, la fotografía actual de esta ciudad en su
versión paisajística, edilicia, demográfica, artística o política, es una
fotografía bien singular.
Por primera vez en su historia la Ciudad de Rocha es una
Ciudad Universitaria. Comienza a serlo.
Por primera vez en su historia este lugar donde vivimos los
rochenses es el sitio donde expande su acción el Instituto de Formación Docente
como parte de una Universidad de la Educación: otra Universidad más.
Por primera la Ciudad de Rocha vive un proceso de
estabilidad, ya no vaciamiento de su población más joven.
Sus 220 años la sorprenden con un proceso de inversiones
públicas y privadas para el equipamiento urbano y los servicios comerciales e
industriales, como nunca antes pudo celebrarlo.
Quizás, en la escala, los años de 1850 en algunos de esos
grandes temas se acerquen a la dinámica actual de la gente local en la toma de
decisiones de inversión y en oportunidades de trabajo. Cuando se produjera la
Creación del Departamento de Rocha, la economía departamental y el enclave
urbano de esta Ciudad eran mucho más potentes que toda la superestructura
económica de Maldonado.
Este comienzo de año
220 de la Ciudad tiene mucho de año de resumen para la extensa red de barrios y
su gente organizada. El equipamiento y servicios que los barrios de la Ciudad
han incorporado o incorporarán ahora, nos posicionan a nosotros, los habitantes
de las barriadas y los habitantes de la parte más céntrica de la Ciudad, en una
situación de equidad.
Por primera vez y desde ahora, podremos incorporar a nuestra
cultura política, entendida como el proceder y relación con los demás tras
fines de bien comunitario, los términos y valores tales como accesibilidad a
los bienes y servicios, igualdad de oportunidades de equipamiento público u
oportunidad equitativa de acceso a los bienes artísticos, por ejemplo.
No importa en qué lugar de la Ciudad vivamos.
En ese proceso, finalmente, siento que estamos los
rochenses.
Es un momento en la Historia de esta comunidad urbana. Es un
instante que destella en la larguísima Historia anterior y aún más larga
Historia que viene.
Es el sentido que tienen de la vida los muchachos y
muchachas de hoy: el momento. Es un valor cultural que hemos tomado los demás
también y lo aplicamos para muchas de nuestras acciones y reflexiones.
Pues bien: tomemos también ese modo cultural tan
contemporáneo sabiendo que la historia continúa, que tenemos muchos proyectos y
alegrías para construir, que pueden ser menos o mayores, mejores o peores en
sus resultados que todos los anteriores que vivió nuestra gente.
Pero está ahí la oportunidad de ese momento.
Demos la oportunidad a esta abuela que hemos creado y nos da
su lugar para vivir, de seguir creciendo en cantidad y calidad de vida.
Demos la oportunidad a esta muchacha de 220 años de seguir
creciendo y ser mejor.
Vivamos el momento como una oportunidad que nos da la Vida
para ser mejores.
Esta es una Ciudad que necesita y tiene gente para seguirla
construyendo con un sentido optimista y por lo tanto humanista, progresista, de
la vida de nuestros pueblos.
Mario Barceló
Periodista.