jueves, 30 de diciembre de 2010

de boliche en boliche


Sobre el aluvión juvenil a La Paloma en particular, atraídos por las discotecas que funcionaban en la costanera de La Aguada, hay dos consideraciones bien contrapuestas. Para muchos es la "gurisada" responsable de un revival del balneario, que provocó un aumento de las ventas en los supermercados y una suba en los precios de los alquileres. Eso sobre todo durante los primeros quince días, donde se juega buena parte de la temporada. Para otros, son una suerte de forajidos que, hectolitros de alcohol mediante, han sido los culpables de distorsionar la tranquilidad que siempre hizo gala el buque insignia de la costa rochense, con noches que terminaban cerca del mediodía para disgusto del público que bajaba temprano a las playas. No son pocos los lugareños, incluso aquellos que viven del turismo, que están rezando para que el aluvión pase rápido.




Para esta temporada se implementaron cambios.



Alcides Perdomo señaló que la música deberá apagarse a las 7:00 horas. Además, a las afueras de los boliches, en la costanera, habrá una zona de exclusión de vehículos y de carritos de comida. El objetivo es evitar los after con parlantes al mango. "Los autos deberán quedarse en la zona del Puerto o de La Aguada. Antes eran las diez y media de la mañana, la gente recién salía y había problemas de convivencia con quienes ya estaban en la playa". Si esa medida será efectiva, o simplemente correrá los problemas a otros puntos del balneario es algo que está por verse. "Lo cierto es que había que hacer algo. Vamos a probar", se sincera el alcalde.
Para este año, solo una discoteca funcionará como tal: Pogo. Luego de una proceso licitatorio a cargo de la Intendencia que no estuvo exento de polémicas, esta abrirá sus puertas la última noche del año. Para el 8 de enero, está previsto que realice un Bikini Open. Según su responsable, Jorge Flachussis, el lugar contará con doce barras y cuatro pistas, capaces de albergar hasta 7.000 personas. "Vamos a abrir a eso de las dos de la madrugada, pero la gente no llega antes de las cuatro o cinco", y cree difícil que eso pueda cambiar. "Puede ser que una minoría haya armado disturbios, siempre hay algún desubicado, pero eso no depende de ningún horario".
La otra gran discoteca de la zona, Arachanes, ya no funcionará como tal. En su lugar, será una suerte de megapub -cuyo nombre se definirá en estos días- para 3.000 personas con entrada gratis, media docena de barras y escenario para bandas, que estará abierto entre las 0 y las 4 de la madrugada. Andrés Navarro, a cargo de este emprendimiento, dice que el objetivo es que este lugar sea el elegido para que los jóvenes realicen la "previa", en vez hacerlo en las calles o -sobre todo- en las casas hasta muy tarde en la noche antes de salir a bolichear.
Para Navarro, las quejas de temporadas anteriores tampoco se solucionan con un horario tope. "Es más bien un tema de ondas. Con ese criterio, habría que cerrar los supermercados porque los jóvenes se pasan la tarde en las calles tomando cerveza". Para él, "los boliches son los chivos expiatorios de las quejas; pero hay tres veces más denuncias cuando las `previas` se realizan en las casas, hasta cualquier hora, armando cualquier relajo, y al lado vos alquilaste una casa por dos mil dólares".
El otro boliche sobre la costanera, El Hornito, para esta temporada tendrá un destino muy distinto: funcionará como una plaza de artesanías y de comidas típicas de la zona. En total serán veinte los stands, con la idea de reflotar el viejo Paseo del Puerto.