lunes, 2 de noviembre de 2015

Rocha :Un territorio de Balnearios Fantasmas.





Los denominados Balnearios Fantasmas de Rocha, son balnearios ubicados en la franja que va desde la Laguna de Rocha hasta Cabo Polonio, que en su momento fueron fraccionados, loteados y vendidos, pero a los cuales nunca se pudo acceder.









En algunos de ellos se pueden ver fotos recientes y planos originarios de los proyectos.

FRANJA LAGUNA DE ROCHA - CABO POLONIO

-Laguna de Rocha
-Rincón de la Laguna
-Santa María de Rocha
-La Paloma
-La Aguada
-Atlántico
-Costa Azul
-Antoniopolis
-Arachanía
-Diamante de la Pedrera
-San Sebastián de la Pedrera
-Barrancas de la Pedrera
-Amp. de la Pedrera
-La Pedrera
-Punta Rubia
-Santa Isabel de la Pedrera
-Tajamares de la Pedrera
-San Antonio
-Mar del Plata
-El Palenque
-San Francisco
-Pueblo Nuevo (ex San Bernardo de Rocha)
-Valizas
-Puerta del Sol
-Atlántica
-San Remo
-La Florida
-Oceanía del Polonio
-Costa Rica de Rocha
-Los Palmares
-Brisas del Polonio
-La Perla de Rocha
-Costa de Oro
-Cabo Polonio

(Datos extraídos del plano oficial de Reordenamiento Territorial del gobierno de Rocha)


La vieja historia del progreso.
Por José Totah  |  LA NACION

Y dice así: hace más de cincuenta años, los veraneantes argentinos pensaban que Uruguay terminaba en Punta del Este. Llegar a La Barra era toda una aventura; había que tomar un camino de tierra y cruzar un puente maltrecho. Medio siglo después, con La Barra y José Ignacio colapsados de gente, los ojos se posan en el departamento de Rocha. Allí, al pasar apenas La Pedrera y hasta Oceanía del Polonio, entre el kilómetro 230 y 256 de la ruta 10, comienzan los misteriosos y desolados balnearios fantasma.

Son inmensas playas solitarias que arrancan en Punta Rubia, al lado de La Pedrera, y terminan donde se pierde la vista, precedidas por bosques espesos, lagunas, dunas lunares y montes autóctonos. Les dicen balnearios fantasma porque muchos de los lotes que componen esta extensión fueron comprados en la década del 40 y nadie sabe a ciencia cierta a quién pertenecen (en todo caso, un alto porcentaje nunca pagó los impuestos). La mayoría de sus dueños murieron y dejaron sus terrenos a merced de sucesiones interminables. Tan fantasmagóricas son estas tierras que el Estado uruguayo lanzó una iniciativa para expropiar zonas enteras en El Palenque, Mar del Plata y San Francisco (estos dos últimos, prácticamente despoblados), a partir del kilómetro 240 de la ruta 10. Se proyecta en El Palenque un puerto de aguas profundas.

Mientras tanto, antes que el progreso empiece a lamer la zona, esta parte del Uruguay es un paraíso salvaje. Desde la ruta 10, las entradas son calles de tierra que llevan directo al mar. La primera playa pasando La Pedrera, Punta Rubia, fue descubierta por surfistas para luego ser poblada por casas pequeñas que escoltan el camino al mar. Luego siguen Santa Isabel de La Pedrera, San Antonio, Mar del Plata, El Palenque, San Francisco, Pueblo Nuevo (ex San Bernardo), Atlántica y Oceanía del Polonio. Finalmente se llega al Cabo Polonio, que ya tiene publicidad y fama propia.

En esta decena de pequeños balnearios, las pocas casas se encuentran desperdigadas en el bosque y la costa; los montes que miran al océano están poblados por más de 200 variedades de plantas que, según los lugareños, datan de la época del descubrimiento de América. Quien haga una caminata por estos montes, cuando cae el silencio anaranjado de la tarde, podrá encontrar carpinchos, zorros, topos y, con suerte, algún jabalí, un gato montés o pequeños venados.

Y también hay algunas rarezas en el paisaje: Santa Isabel, por ejemplo, tiene un Valle de la Luna propio, una superficie desértica de rocas erosionadas en forma de cráteres, no muy lejos del mar.
 Lo más desarrollado en Santa Isabel es un cine, que consiste en una pantalla perdida en el medio del bosque, apoyada contra una vieja camioneta Volkswagen.

Aquí no existe agua corriente (es de pozo) ni cableado eléctrico. No hay playa mansa ni bañeros. La costa es solitaria y ventosa en enero (no tanto en febrero), y sólo se encuentra reparo llegando a las rocas de La Pedrera, aunque ese balneario ya no es todo lo apacible que supo ser. "La gente que antes venía a La Pedrera se fue corriendo a los balnearios que están más allá de Punta Rubia. Es un turismo más responsable: cada cual se hace cargo de sus residuos y vive aislado; el supermercado más cercano queda a varios kilómetros", afirma un lugareño. Y se ve que lo agreste paga bien, porque alquilar una cabaña en San Antonio o Santa Isabel no baja de los 120 dólares por día durante enero.

Al parecer, los balnearios fantasma también atrajeron inversores, ya que muchos franceses, estadounidenses y argentinos construyeron sus casas (algunas de ellas bastante estrafalarias) en el bosque.