
Espacio Salud de la Dra Patricia Vega
A veces los chicos apenas prueban bocado. Y esto puede causar gran preocupación en las madres que insisten para que su hijo coma, aunque no tenga hambre. Lo que sucede es que el apetito de un niño se relaciona con sus necesidades energéticas. Cuando hacen mucha actividad, los chicos comen más. Si, por el contrario, gastan menos energía, no tienen hambre.
Las fluctuaciones del apetito son normales siempre que el chico se mantenga activo y crezca de una manera normal. Además, si un chico come algún bocado a deshora, por ejemplo un alfajor o un chocolate, es probable que a la hora de almorzar no tenga apetito.
El ser humano, en función de su crecimiento, cumple determinadas etapas. En los primeros seis meses de vida, un chico tiene una incorporación de tejido graso muy grande y un crecimiento acelerado. Y tiene una demanda de alimento muy importante. Esta demanda empieza a disminuir a partir de los seis meses. Entre el año, o los 15 meses, y los tres años, ellos atraviesan una etapa de inapetencia fisiológica, que es funcional y, de alguna manera, hay que respetarla
Alimentos y afectos

La relación del grupo familiar con el chico a través de la comida tiene una gran importancia, pero hay que tratar de que esto no se sobredimensione, para que la necesidad de gratificar al hijo y de cuidarlo no se realice solamente a través de la comida.
Cuando la inapetencia se ha instalado, hay que verificar el aumento de peso y estatura del chico. Los médicos disponen de tablas de referencia, según el sexo. Con esta información van evaluando al paciente. Si el chico se aleja de su carril adecuado sin una causa visible, los especialistas evalúan si esta inapetencia tiene relevancia en relación a una enfermedad o patología.
Pero lo importante, según los expertos, es ver en qué contexto se está produciendo esa inapetencia. Porque a veces está relacionada con la historia familiar. No sólo hay que analizar lo orgánico desde el punto de vista de los nutrientes que se incorporan, sino también observar qué pasa en el marco familiar, indica la especialista. Hay chicos que por falta de afecto, no se alimentan.
Pero puede haber otros motivos: competencia con los hermanos, por ejemplo. La inapetencia emerge siempre dentro de un contexto. Con quién come el niño, si llega de la escuela y se encuentra con una comida rápida preparada, si se trata de un chico que nunca comparte una comida con su madre y sus hermanos, son todos factores a tener en cuenta cuando se está frente a un niño inapetente.