Huyen las tempestades de mi mente cuando los dedos de su mano fría, se hunden, temblando, en la melena mía...
Cuando ya del destino me quejaba sólo un bien me rescataba, una ventura y eras tú, madre mía, tú, mi amor, mi esperanza, mi alegría.
A mi madre
en ese mar tan lleno de emociones que llaman juventud, yo alcancé a descubrir tu faz profética mostrándome el deber y la virtud.
A todas las Mamis en su dia le deseamos Felicidades