El investigador puntualizó que entre 2004 y 2014 la pobreza medida por ingresos disminuyó de 40% al 9,7%, pero que para los menores de 18 años la misma medición muestra que se pasó de un 60% a un 18%.
La persistencia de la franja del 18% de menores de 18 años en alguna o ambas de las condiciones medidas en el estudio muestra que hay sectores fuera de la cobertura de las políticas sociales que incluyen trasferencias monetarias condicionadas.
Por eso los datos del estudio señalan la necesidad de revisar los criterios de condicionalidad de transferencias a las familias con niños y adolescentes.
Las familias de los jóvenes y adolescentes que abandonan el sistema educativo pierden, porque así lo establecen los programas, las transferencias, señaló. En esos casos puede entenderse que se configura una doble sanción: la de estar fuera de ámbitos formativos y la de no recibir transferencias.
