Esta mañana antes de amanecer hubo un alboroto bárbaro en el monte.
Apenas despuntaba el alba el pajarerío rayó el rocío de los pastos y las flores del chal-chal con inesperada alegría.
Esta mañana, cerca de las 8, cuando venía de la panadería, una vecina se me acercó: -" el que murió...fue el GALLINETA".
En realidad el Gallineta se había ido de a poco.
Desde sus años jóvenes de trabajador ferroviario a su bohemia de vinos y poesía, desde su seres más queridos y su casa de lata, de a poco se fue yendo para mirar las cosas en esa otras perspectivas que permiten construir sueños, que es decir poesía.
La última vez que se fue un poco más, fue la última vez que pude verlo. Sentí con toda claridad que estaba allí, sentado en una silla pero que en realidad me miraba desde lejos, sabiendo con mayor exactitud que yo cuánto afecto entrañable, ése que no precisa palabras, estaba entregando caudalosamente, vital, fresco, más allá de sus canas.
En realidad el Gallineta no se ha ido.
Así que no hay por qué estar triste.
Esa Casa de Lata siempre estará habitada por sus palabras.
Sus palabras estarán habitadas siempre por su poesía.
La alegría creadora y la música de nuestro arroyo, de nuestro monte, de nuestros pájaros siguen habitando este pueblo que seguirá alborotándose todas las mañanas.
Como el pajarerío de esta mañana en el monte de La Estiba.
Con razón esta mañana el monte quedó rayado de alegrías y de alas.
Estaba llegando el Gallineta.
Estamos convencidos que hay que estar alegres: para seguir construyendo alegrías seguimos contando con el poeta.
Para verlo hay que ir al arroyo, caminar en el monte, prestarle atención al contrapunto de algún sabiá con algún cardenal, algún federal con alguna viudita.
Es tan simple como la vida: se mudó el poeta.
Ahora vive en el arroyo.
Está contento.
Mario Barceló
Secretario de Comunicación
Intendencia Departamental de Rocha.
Apenas despuntaba el alba el pajarerío rayó el rocío de los pastos y las flores del chal-chal con inesperada alegría.
Esta mañana, cerca de las 8, cuando venía de la panadería, una vecina se me acercó: -" el que murió...fue el GALLINETA".
En realidad el Gallineta se había ido de a poco.
Desde sus años jóvenes de trabajador ferroviario a su bohemia de vinos y poesía, desde su seres más queridos y su casa de lata, de a poco se fue yendo para mirar las cosas en esa otras perspectivas que permiten construir sueños, que es decir poesía.
La última vez que se fue un poco más, fue la última vez que pude verlo. Sentí con toda claridad que estaba allí, sentado en una silla pero que en realidad me miraba desde lejos, sabiendo con mayor exactitud que yo cuánto afecto entrañable, ése que no precisa palabras, estaba entregando caudalosamente, vital, fresco, más allá de sus canas.
En realidad el Gallineta no se ha ido.
Así que no hay por qué estar triste.
Esa Casa de Lata siempre estará habitada por sus palabras.
Sus palabras estarán habitadas siempre por su poesía.
La alegría creadora y la música de nuestro arroyo, de nuestro monte, de nuestros pájaros siguen habitando este pueblo que seguirá alborotándose todas las mañanas.
Como el pajarerío de esta mañana en el monte de La Estiba.
Con razón esta mañana el monte quedó rayado de alegrías y de alas.
Estaba llegando el Gallineta.
Estamos convencidos que hay que estar alegres: para seguir construyendo alegrías seguimos contando con el poeta.
Para verlo hay que ir al arroyo, caminar en el monte, prestarle atención al contrapunto de algún sabiá con algún cardenal, algún federal con alguna viudita.
Es tan simple como la vida: se mudó el poeta.
Ahora vive en el arroyo.
Está contento.
Mario Barceló
Secretario de Comunicación
Intendencia Departamental de Rocha.
"Presumo que no hay fin no existe el tiempo
decido que la muerte es un pasaje
y es la vida una eterna fantasía
en un plural de luz interminable"
E. Silva
decido que la muerte es un pasaje
y es la vida una eterna fantasía
en un plural de luz interminable"
E. Silva