jueves, 24 de enero de 2013

El insoportable escape libre,IDR pone multas e incauta vehículos pero falta marco normativo y conciencia


En un país asiático se le devuelve a los dueños de motocicletas incautadas por ruidos molestos un cubo de chatarra. 
Más de un Rochense  lo habrá imaginado cuando los caños de escape libre ensordecen su cuadra. 
Pero no le queda otra que seguir soñando (si concilia el sueño) porque Uruguay no cuenta siquiera con una ley nacional reglamentada contra la contaminación acústica ni con criterios unificados entre los departamentos.
Las motos son el principal contaminante sonoro del medio urbano sin que exista una fiscalización masiva ni conciencia de que el ruido es adictivo y dañino, y por tanto, un tema de salud pública, y vulnerador de derechos humanos. 
Es más, la mayoría de las motos que se venden en plaza tienen una potencia acústica superior al límite aceptado por una legislación regional a la que está suscrito Uruguay.

La mayoría de las motos que se venden en el país ya vienen de fábrica con una potencia acústica superior a la aceptada por la normativa del Mercosur. “Una moto de 100 o 125 cc sale a la calle haciendo un ruido de 88 o 90 decibeles” .
Por ejemplo, el modelo CG125 de Honda, disponible en Uruguay, tiene una potencia acústica de fábrica de 89dbA, 12 decibeles más que los permitidos por el Mercosur con un efecto sobre el organismo cuatro veces superior.

ElObservador