Explicar lo que pasó la noche del sábado en la finalización
del partido entre Florida y Rocha en el Campeones Olímpicos no es tarea fácil.

Podemos comenzar con la chispa que encendió las llamas que
fue el golpe inexplicable que aplicó el arquero rochense a un jugador
albirrojo.
Inexplicable porque Camilo se hizo expulsar cuando su equipo estaba
logrando la clasificación a la final.
Podemos seguir con la desmedida reacción de los jugadores
floridenses que salieron como locos a “vengar” a su compañero y comenzaron a
agredir a todos quienes se encontraban en su camino.
Reacción inexplicable
también si pensamos que Rocha tenía que enfrentar los minutos que aún restaban
por jugar con un jugador menos y con arquero improvisado porque no tenía más cambios
por realizar.
La locura posterior es muy difícil de comentar, los
jugadores rochenses intentando huir hacia el vestuario tratando de evitar que
el malón alocado de jugadores floridenses los capturara.
Golpes a diestra y
siniestra, patadas, algún mayor entreverado de ambos bandos peleando con los
menores, la guardia de seguridad y la policía desbordados, el griterío de las
tribunas, todo junto haciendo un combo de locura desenfrenada.
Para agregar más leña al fuego un grupo de gurises y
gurisitos que estaban en las tribunas intentaban trepar el muro para llegar al
vestuario rochense, pero a su paso rompieron el tejido y todo lo que se les
atravesó por delante.
Todo siguió, nada se calmó, varios jugadores floridenses la
emprendieron a las pedradas contra la hincada de Rocha ubicada en la tribuna
Amado Fleitas y finalmente les tocó a los árbitros, que se salvaron por la
custodia de la policía que los resguardó de los enajenados jugadores
floridenses.
Esta es más o menos el relato de lo sucedido y hay un montón
de otras situaciones que no vimos y un montón de otras que no relatamos porque
de verdad nos parece que con este botón para muestra sobra.
Estos son los hechos reales según nuestra óptica, que quizás
difieran con la de muchos.
Pero más allá del relato, estos sucesos tienen causas,
porque son la consecuencia de algo que está funcionando muy mal.
Que en Florida
se reitera con demasiada frecuencia y que parece no ser ya casualidad.
El
fútbol floridense todo tiene la responsabilidad y la obligación de analizar
estos hechos porque afectan su estructura y desarticulan su normal
funcionamiento.
Daría para decir muchas cosas más, pero el paso de las horas
nos va a hacer mirar a todos las cosas desde un punto de vista diferente, por
ahora sólo se nos ocurre agregar que lo de anoche fue un bochorno.
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