por Abdul Malik
A nivel mundial la O.M.S. estima en un millón los suicidios consumados por año, cifra mayor que la cantidad de muertes por conflictos bélicos, mientras que la estimación de los intentos de suicidio varían entre los 10 y 40 millones por el mismo período.

En nuestro país en las últimas dos décadas aumento la tasa de suicidios con respecto a las cifras del pasado siglo XX, preocupando a las autoridades gubernamentales que ya en el año 2004 a través del Decreto Nº378/004, creo la Comisión Honoraria para la Prevención del Suicidio (intentos y consumados). Posteriormente la Ley Nº18.097, estableció el 17 de Julio de cada año como Día Nac. de Prevención del Suicidio.
El gobierno entendiendo esta conducta como un grave problema de salud pública, priorizó la atención mental para el periodo 2011 – 2015 a través del M.S.P. (Minst. Salud Públ.).
En respuesta este ministerio presento el pasado Martes 17, el Plan Nac. de Prevención del Suicidio. Acto que contó con los ministros involucrados en el tema, Salud Pública, Desarrollo
Social, Educación y Cultura y el subsecretario del Mint. del Interior.
Los datos de la muestra comprenden el período 2004 – 2009, siendo la tasa promedio de 17 suicidios cada 100 mil habitantes, registrándose el pico más alto en el año 2002, en plena crisis económica.
Los grupos de riesgo comprenden a la población entre los 15 a 29 años y los mayores de 65. Mientras a nivel mundial las cifras de suicidios disminuye después de los 65 años, en Uruguay aumentan. La incidencia del suicidio con respecto a las muertes por grupos etarios muestra que entre la población de 20 a 24 años, 1 de cada 5 cometió suicidio, mientras que en los mayores de 65 años es de 1 cada 3.
La prevalencia por sexo muestra que el suicidio consumado es más frecuente en los hombres (78%), marcando una relación con respecto a las mujeres (22%) de 3 a 1, mientras que los intentos se registran mayoritariamente en mujeres.
El registro por distribución geográfica establece que en el conjunto de los departamentos del interior del país se da el doble (67%) con respecto a la capital (33%), los extremos de la escala en la tasa anual de los 19 departamentos va de 9,1 a 31,4 suicidios cada 100 mil habitantes.
El Informe Anual sobre Violencia y Criminalidad, realizado por el Observatorio Nac. sobre estas materias del Minst. del Interior, muestra que en el año 2011 los intentos de suicidio (1298) superaron en el doble y un tercio (132%) a los a los consumados (558), siendo de estos últimos la tasa promedio cada 100 mil habitantes de 16,6, mientras que en los accidentes de transito fatales el promedio fue de 15,4 y el de homicidios 5,9 personas.
Si bien en el suicidio es considerado como un fenómeno de causas múltiples, entre los principales factores de riesgo señalados por la O.M.S. para cometerlo se encuentran las enfermedades mentales, siendo las causa más frecuentes la depresión, alcoholismo y en menor medida la esquizofrenia. Estas enfermedades son de identificación temprana, por lo que se incluyen en el plan de prevención.
Reflexiones del Presidente de la República Don José Mujica:
“¿Será necesario acostumbrarse a convivir con determinadas cosas que se encuentran presentes en la sociedad y hacernos los desentendidos para autoprotegernos? ¿Será normal que exista una multitud de viejos abandonados que sus familias no pueden cuidarlos y si como sociedad nos debemos acostumbrar a que las cifras de suicidios no se difundan por miedo a que sean contagiosas?”
“Los Estados no pueden dar amor. Los seres humanos precisan más que medidas económicas, algo que no se compra ni se vende”.
Con la instrumentación del Plan de Prevención, la meta de las autoridades para el período 2011-2020 es reducir los suicidios consumados en un 10%.
El informe también señala entre los factores de prevención que son los menos estudiados, y que pueden ser estimulados:
• Buena organización familiar.
• Buena integración social (participación en grupos religiosos, deportivos, de servicios y otros)
Buenas relaciones de compañerismo tanto en lo laboral como en lo estudiantil y otras personas significativas.
Paradójicamente estos factores de prevención señalados son los que más sufren la desintegración social, que sumados a la deserción estudiantil, el inmediatismo inconformista y frustrante, el estrés, consumo de drogas y automedicación de estupefacientes, la intolerancia hacia el otro, aumento de los divorcios, el descreimiento en las autoridades, el abandono de los ideales que va de la laicidad al ateismo cayendo en el nihilismo, el abuso absolutista de la razón, negando todo lo trascendente, hacen pronosticar que los índices no diminuyan como se desea.
Se necesita un cambio del modelo de sociedad, atendiendo factores como la sustitución de la economía de consumo, recomposición y fomento de la familia, responsabilidad de los padres por los actos de los hijos cuando son menores, y de los hijos por el cuidado de los padres cuando estos llegan a la ancianidad, valoración y respeto por los educadores, y reconocimiento de la religión como parte integrante del ser humano y fortaleza trascendente ante la debilidad de la razón.
La opción hacia el suicidio muestra causas múltiples, pero es reconocible su signo como parte de la decadencia de la Cultura Occidental.
ABDUL MALIK