
Un viernes en la mañana en la plaza General Artigas del Chuy
hay bastante ajetreo y mucho sol.
La ciudad se muestra activa: llegan y salen
los ómnibus interdepartamentales y en los comercios hay mucho movimiento
mientras los chuienses –que así se denomina a los habitantes de esta frontera–
caminan hacia sus actividades cotidianas. Cinco obreros trabajan en la esquina
reparando una calle perpendicular a la avenida Internacional, al tiempo que
Sergio Costa, barrendero municipal, se esmera con las hojas del incipiente
otoño que caen sobre la vereda y habla amablemente de la alcaldesa, aun sin
querer dar mucha conversación: “¿Quiere saber sobre Mary Urse? Es mi jefa, la
conozco desde hace muchísimos años, hace algún tiempo trabajamos juntos en
tareas comunitarias, para mí es buena persona. Algunos la critican por su pasado
como señora del ‘ambiente’”.
A pocas cuadras de la plaza principal, una casa color fucsia
es la sede del Municipio, el recinto en el que se aloja el Gobierno Municipal,
encargado de los temas de interés local según manda la ley de descentralización
política vigente desde los comicios municipales de 2010. Fue el año en que Mary Urse abanderó la lista
más votada del lema más votado y se convirtió en la primera alcaldesa en la
historia del Chuy.
Calzada con botas de taco alto y pantalones negros elastizados
y satinados que enfundan sus gruesas piernas, Urse, de 59 años, llega en una
moto Jumbo color rojo que usa para moverse por toda la ciudad.
Se saca el casco
y los lentes de sol, desensilla su dos ruedas y se cuelga la matera al hombro
para entrar al Municipio a comenzar la jornada.
Mary Urse atraviesa la puerta y
despliega los buenos días a todo el personal que se cruza en el trayecto hacia
su oficina, un pequeño cuarto en donde lo primero que se ve es una pared
repleta de diplomas y agradecimientos encuadrados que ella exhibe como trofeos.
Cada uno de ellos es muestra del apoyo que recibe de la gente y asegura que la
deferencia es mutua.
A Mary la votaron
porque trabajó “para la gente que más lo necesita” y dice que seguirá
haciéndolo. “Por los ancianos, por los jóvenes y por todos. Desde que asumí,
aquí vienen 40 o 50 personas por día y yo los recibo a todos.”
A los minutos de comenzar la charla se oye un ringtone
cumbiero. Mary se zambulle en su cartera en busca del celular y atiende: “Hola,
mi amor –así llama a todo el mundo– lo tuyo ya está resuelto, así que quédate
tranquila, ¿oíste?”. Corta y vuelve a comentar que se desvive por ayudar a los
demás y, sobre todo, por dar una mano a quienes tienen menos recursos.
Mary Urse nació en Florida, ciudad que dejó cuando estaba
por cumplir tres décadas. Hace otros 30 llegó al Chuy junto a su marido y sus
tres hijos menores.
La más pequeña nació en Santa Vitória do Palmar, Brasil.
Tuvo cinco hijos, pero perdió dos: una niña murió a los pocos días de nacer y
la otra hace cinco años, cuando la joven cumplía los 24.
Ambas tenían parálisis
cerebral.
El peregrinar la llevó primero por Rocha y Castillos, y
hasta el Chuy llegó buscando otras oportunidades. Como buena buscavidas,
trabajó contrabandeando cigarros, ropa y música pirateada, que vendía en el
cantero de la avenida principal que hace las veces de frontera internacional.
Se quedó en el Chuy porque encontró su lugar en el mundo.
Fue allí donde la
ayudaron, donde le abrieron los brazos, recuerda con agradecimiento. “No te
olvides que además de dedicarme al bagayeo también trabajé en la noche, fui
propietaria de bares de-la-no-che”, dice recalcando las tres últimas palabras.
La noche.
Ese fue uno de los primeros trapitos que al asumir
el cargo los detractores sacaron a asolearse, aunque sea vox populi lo que hace
cada residente en una urbe de menos de diez mil habitantes.
En el “prontuario”
de Urse se lee que cuando asumió la presidencia del Municipio, dejó un bar
llamado Marymar al que iban mujeres a prostituirse.
También que regentó
prostíbulos y que de joven ella misma ejerció la prostitución.
“No me
arrepiento de nada, la gente me eligió sabiendo cómo era yo y conociendo mi
pasado.
Pero todo eso que se dijo me hizo sufrir mucho por el agravio hacia mi
madre y mis hijos, que me decían me fuera de la política.”
La política es para
Mary como un juego sucio en el que muchos “se tiran de amigos y se traicionan”.
A pesar de los sinsabores, se siente respaldada por la Intendencia
departamental y por los diputados Daniela Payssé y Carlos Mahía, a quienes
recurre siempre que necesita apoyo.
La ahora alcaldesa ha reconocido que ejerció la prostitución
entre los 21 y los 23 años, impulsada por la situación familiar.
“Tenía a mi
madre sola y mis siete hermanos en situación de calle.
El Estado nunca me dio
nada, a mi mamá tampoco, ¿cómo íbamos a sobrevivir?
A la hora de discriminar y
de tirar piedras, te caen todos, pero cuando hay que ayudar, cuando uno está
pasando necesidades, nadie aparece. Por eso, voy a defender a muerte a las
prostitutas, a los trans y a todos los que sean discriminados.”
En torno al
incipiente debate uruguayo sobre el tema, Urse dice que entiende el meretricio
como un trabajo y no una forma de explotación. Para ella, “la mujer no tiene que
meterse en eso si no quiere, nadie te explota. La prostitución es una de las
profesiones más viejas.
Si alguien leyó la historia de María Magdalena… el que
esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
En el barrio Samuel. “Los pobres abren la boca para
defenderme y yo busco ayudarlos. Siento el apoyo de esa gente más
desprotegida.”
Hoy, con 29.000 pesos de sueldo y otros 7.000 que recibe en
calidad de viáticos, la alcaldesa asegura tener ingresos más bajos que cuando
era la propietaria de Marymar, pero se dedica a lo que realmente le gusta.
Reconoce que su tiempo lo dedica casi por entero al Municipio, y si surgen
ratos de ocio le gusta ver los programas de chimentos argentinos, algunas
telenovelas y los informativos.
El inicio del mandato no fue fácil para Mary. La clase
política local le hizo sentir su rechazo, al punto que sus compañeros del
Frente Amplio no fueron a saludarla cuando se conoció el resultado electoral.
Y
aún hoy la critican por la forma personalista de gestionar el Municipio.
Urse,
sin embargo, considera que ha demostrado a todos que puede llevar adelante la
presidencia del gobierno local con altura: en el Concejo le advertían que no
podría cumplir con sus promesas, pero
“cuando se dieron cuenta de que era inteligente de más, notaron que
estaban equivocados”, dice y le agradece a Dios que las cosas marchen “bastante
bien”.
Desde Rocha ve poco clara la política de Montevideo “por las
peleas internas”, pero se anima a dar su pronóstico electoral: en estas
elecciones Tabaré va a ganar bien.
“Constanza es fabulosa, pero recién empieza
a caminar. Me recuerda a mí cuando empecé, sin dinero y sin apoyo. Pero voy a votar a Tabaré porque
estoy en la lista 2121.
Vamos a votar dentro del Frente Líber Seregni al senado
de Astori.
Si Dios quiere.” Aunque no haya sido siempre del Frente Amplio, dice
sentirse de ese partido.
Para ella el Frente significa “tranquilidad, justicia,
esclarecimiento” y dice que hay gente “clara” como el presidente Mujica y el
intendente de Rocha.
El primero es “un presidente como jamás habíamos tenido,
capaz de donar su sueldo para políticas de vivienda”. Y el intendente es un
hombre “que se encontró con una
Intendencia súper fundida, con 25 pesos en el
cajón, y sin embargo logró sacarla adelante”.
“Mami, ¿estás sola?”, interrumpe Conito, su hijo de 30 años.
“¿Conseguiste, hijo?”, le pregunta Mary. Aparece Conito detrás de la puerta
corrediza, saluda y, mientras espera que la madre revuelva nuevamente su bolso
y saque 100 pesos para unas compras,
tararea una canción.
Conito es el chofer del auto oficial del Municipio, un
cargo de confianza de la alcaldesa.
Otro de los hijos de Mary, el mayor, tiene
38 años y es policía; la menor, de 22, trabaja en una tienda de ropa: “Quiero
que la hija termine los estudios, ahora está haciendo unas materias que le
quedaron del liceo, me gustaría que siguiera estudiando”. Mary no terminó
secundaria, llegó hasta tercero de liceo.
Conito siente una admiración profunda e incondicional por su
madre, a la que define como “un ejemplo de vida” y con “corazón enorme”.
En la
mirada de su hijo, Mary no usa la gente para la política, sino al revés.
“Es
insistente, por eso consigue las cosas. Pide y no se cansa hasta que lo logra.”
La campaña electoral la hicieron a pulmón, con un auto destartalado que les
prestó un amigo y unos altoparlantes del equipo de música de la casa.
“Los
otros tenían terribles aparatos, mucho dinero para propaganda, pero sin embargo
ganó ella.
Creo que no le perdonan que sea mujer. Por suerte se está terminando
la discriminación, porque va a volver a ganar, eso seguro.”
La confianza y los elogios del hijo son la antítesis de lo
que manifiestan los rivales políticos de la alcaldesa. Que gobierne sin
consultar es una de las características que más le critican los compañeros de
partido, quienes la acusan de hacer clientelismo.
Luis Cardozo, presidente del
comité del Frente Amplio en el Chuy dice que Urse cambia “puertas y chapas por
votos”, un comentario que alude a la cantidad de material que ha repartido a la
población para que construya su vivienda.
“En el Frente Amplio esta mujer no es
muy aceptada, si es frenteamplista, ¿cómo es que no va al comité? Allí es donde
se tiene que decidir todo.
Ella dice que no va porque le dan palo y con eso
resuelve todo. Lo que ha hecho, lo que dice que ha hecho, lo que ella se atribuye, depende de la
Intendencia de Rocha, no es ella.”
La puja por el poder entre las distintas fracciones del
oficialismo en el Chuy durante las elecciones pasadas fue evidente. En una
ciudad con cerca de 5.000 habilitados para votar, cada una de las siete listas
del Frente Amplio presentó un candidato a alcalde.
Entre todos sumaron cerca de
4.000 votos: Mary Urse obtuvo 1.260, le siguió Francisco Laxalte con 960 votos
y el restante 50 por ciento se repartió entre las otras cinco candidaturas.
Muchos militantes frenteamplistas se agarraban la cabeza con los resultados,
pero la outsider ya tenía los patines puestos. Laxalte, que quedó como suplente
de la alcaldesa, reconoce que haber presentado tantos candidatos “fue un
disparate”.
El recorrido político de Mary Urse comenzó en el Partido Nacional cuando era muy joven y
aún vivía en Florida:
“Yo era líder en todo”, dice sin modestia al recordar las
épocas liceales en que hacía política para Wilson Ferreira Aldunate.
Su
militancia la frenó el miedo tras ser detenida por tres meses cuando tenía 18
años. “Mi madre me dijo que me retirara y le hice caso.”
Las vueltas de la vida
la llevaron por diversos derroteros hasta que un veterinario que le había
conseguido un préstamo para abrir una whiskería en el Chuy, le pidió que se
sumara al Partido Nacional para trabajar por la Intendencia de Irineo Correa.
Durante ocho años, y junto a Ana Fuentes
(candidata a alcaldesa de ese Municipio por la Alianza Nacional), Urse militó
en el comité de Marga Sosa, la esposa de Gonzalo Aguirre.
En 2003, antes de que
terminara el mandato del ex intendente, abandonó el barco decepcionada porque
pese a todo su trabajo para que Irineo
ganara las elecciones, éste la dejó de lado.
El día que fue a Rocha
capital a hablar con el intendente y “no me dio bola”, decidió abrirse, haciéndole
la cruz a quien “me tenía para juntar votos”.
Sin mucho rumbo en la arena política, Urse pasó tres meses en el Partido Colorado hasta
que Mario Ansa, un abogado con olfato político que tampoco era militante del
Frente Amplio, le propuso que se juntaran para trabajar por el triunfo de Artigas
Barrios.
En 70 días la lista logró un edil departamental “y yo arrasé como
presidenta de la Junta Local”. Después de ese cargo que ocupó en el primer
gobierno del aún intendente de Rocha, Urse se presentó a la presidencia del
Municipio por la lista 40 (el grupo formado por Ansa) y ganó “sin apoyo, sin
apellido, ni dinero”. Actualmente participa en la lista 2121, un cambio que la
distanció de quien la apadrinó en el Frente Amplio.
En una oficina ubicada en la avenida Internacional, Mario
Ansa está parapetado tras un escritorio.
Con un timbre de voz desganado, el
abogado cuenta que la lista 40 había propuesto a Urse como alcaldesa por su
perfil, identificado “con el sentimiento del pueblo necesitado”.
Ansa aclara
que no quiere hablar de la personalidad de Urse pero muestra su resentimiento:
“Ella eligió otro camino sin consultarnos, se fue a la lista 2121, que la
compró, le consiguió un préstamo para arreglar un auto y yo qué sé y se fue”.
El ex camarada de Urse dice que la respuesta sobre si la gestión del Municipio
ha sido buena la van a dar las urnas. “Lo va a decir el pueblo en las próximas
elecciones. Si el pueblo entiende que ella ha respondido, la van a respaldar.”
La carta de presentación que Mary Urse ha tenido frente a
los políticos del Chuy, que siempre la animaron a engrosar las filas de sus
listas con la intención de conseguir nuevos votantes, está en sus populares
actividades benéficas.
La alcaldesa es quien desde que llegó a la ciudad, y
desde antes de militar en partido alguno, organiza la fiesta del Día de Reyes,
una iniciativa que se celebra cada 6 de enero y convoca a los niños del barrio
Samuel, el más carenciado del Chuy, para que reciban regalos de la mano de tres
caballeros disfrazados y a caballo.
Urse se encarga de hacer la recolección de
los juguetes donados y de repartirlos.
Entre esa población anida su éxito, piensa el concejal
Francisco Laxalte, quien recuerda también que cuando Urse asumió, su mirada no
estaba “para el lado del centro y de los free shops sino para los barrios y los
asentamientos, su perfil apunta a los más humildes, aunque ahora también
contemple a los comerciantes”.
El discurso de la alcaldesa le da la razón: “Los
pobres abren la boca para defenderme y yo busco ayudarlos. Ahora mismo que
fleché la avenida Internacional, los cuidacoches, que son personas que están
pasando situaciones difíciles, me están ayudando a ordenar el tránsito. Yo
siento el apoyo de esa gente más desprotegida”.
Del lado uruguayo, el tránsito de la avenida Internacional
está flechado en una dirección.
Esta es una de las medidas más polémicas tomada
por la alcaldesa. Los comerciantes situados en esa vereda despotrican y dicen
que la medida los perjudica frente al lado brasileño, que mantiene su tránsito
de doble vía por la principal avenida.
El dueño de un negocio conversa con Ajena y prefiere no ser
identificado por temor a “represalias”.
Señala que la medida de reordenación
del tránsito es “un disparate”.
Se queja de que los negocios pagan los altos
costos de estar en la calle principal pero nadie les consulta las decisiones,
como cuando decidieron el traslado de los vendedores del cantero hacia unos
decks en la vereda “que son horribles” y además perjudicaron la venta de los
comercios.
Que no hace caso a lo que el Concejo acuerda es una de las
críticas de su compañero de gobierno municipal, Celestino Larrosa, el concejal
por el Partido Nacional.
En su opinión Urse hace cosas por capricho, como el
tema de flechar la calle.
“Pero además, dice que son de ella algunas cosas que
no lo son, toma decisiones inadecuadas, consulta al Concejo pero después hace
lo que quiere. Mary Urse es una espectacular demagoga.”
Larrosa le critica
también que emplee las instalaciones del Municipio para asuntos personales,
como que las funcionarias públicas la ayuden con el Día de Reyes.
El líder
nacionalista asegura que tiene una buena relación de amistad con la alcaldesa a
quien conoce desde que llegó al Chuy pero remata, “la gente me votó para que
controle que las cosas se hagan bien”.
Mary Urse, por su parte, enumera algunos tantos que entiende
han marcado su gestión: la mejora del reordenamiento de las calles, del
asfalto, el arreglo de las veredas, la limpieza de la ciudad y el saneamiento
en barrios carenciados. Sus opositores se quejan de que se coloque galones que
le corresponden a la Intendencia de Rocha y no a la Alcaldía.
Los límites y
funciones del Municipio y su presidenta parecen tan amplios como difusos.
Entre
las preocupaciones de Mary están las situaciones de violencia intrafamiliar que
llegan a su oficina y los niños que viven en la calle. En estos casos, se
trabaja en red con las ONG especializadas y organismos de gobierno. Al mismo
tiempo, y a pesar de tratarse de una cuidad limítrofe con Brasil, Urse aclara
que no se inmiscuye en los problemas de tráfico que existen en la frontera.
Del lado brasileño, el Chuy se ve más polvoriento. La tierra
de las calles sin asfaltar deja una película áspera en la superficie. En esta
parte de la frontera, desde 2012 gobierna como prefeito Renato Hernández
Martis, del Partido Progresista de Brasil.
Renato reconoce que las calles están
mejor del lado uruguayo y lo justifica por su joven mandato.
Se declara un
“gran admirador” de Urse por su capacidad de trabajo. “Me llevo óptimamente
bien con ella. No es fácil lidiar con la población y los funcionarios y Mary lo
ha sabido hacer.
Siempre viene a conversar conmigo y me dice ‘Renato, si
precisas algo me dices, que lo que pueda hacer, lo hago´.”
Puntualiza que lo único en lo que no han
podido ponerse de acuerdo es en el flechado de la avenida Internacional: “Yo
estaba de acuerdo con ella, pero hice una consulta popular y nadie quiso,
entonces, del lado brasileño no se flechó”.
Todos los viernes a las 11.45 de la mañana la alcaldesa
tiene una audición en radio Oceánica.
Habla de lo que sucedió en la semana en
el Chuy y de los proyectos venideros.
No prepara el discurso porque asegura
tener la memoria suficiente para decir todo al hilo.
Sube las escaleras que
llevan a la radio y un periodista la recibe de manera confianzuda preguntando
si recuerda que el día anterior el único que estaba en la Casa de la Cultura en
la actividad organizada por el Municipio era él.
El ambiente resulta más
familiar que de trabajo. Todos ríen, negocian el tiempo al aire y Urse entra al
estudio. El periodista Alejandro Renauro, que conoce a la alcaldesa desde que
él era un niño, cree que Urse es la “Mujica mujer”.
La característica que más
destaca de ella es su autenticidad. “No tiene misterio.
Te podrá gustar o no,
pero es como es. Muchos la critican por la forma de hablar, por cómo se
expresa, porque no tiene estudios, pero nadie puede negar que es muy
trabajadora, siempre ayudó a los niños y a la gente necesitada, ahora que es
alcaldesa más todavía.”
En el trayecto a pie desde la radio al Municipio, mucha
gente la saluda.
Un vendedor de la calle le grita “¡te escuché recién!”.
La
alcaldesa pareciera estar en plena campaña electoral. Se siente a sus anchas.
Urse ya anunció que se va a presentar nuevamente en las elecciones.
Su idea es
un nuevo mandato, y después le gustaría postularse a intendenta o secretaria de
la Intendencia de Rocha.
Sus contrincantes del mismo partido dicen que en las
próximas municipales no se van a sacar los ojos entre ellos y van a presentar
un único candidato para ganarle el puesto.
Pero Mary siente que su sueño ya
está realizado: “A veces voy por la vereda y escucho que dicen ‘ahí va la
alcaldesa’ y me tengo que pellizcar”.
REVISTA AJENA
Ajena es una revista ganadora de los Fondos Concursables
2013.
Su distribución es gratuita junto con el Semanario Brecha y en todos los
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