jueves, 26 de febrero de 2015

Los desaparecidos: 30 años en la oscuridad del silencio y el miedo

Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz
En el plebiscito de 1989 un 54 % de la población decidió renunciar a investigar las violaciones a los derechos humanos en Uruguay en la dictadura, porque votó “con miedo”, sostiene Rubén Olivera.Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz

“La memoria es un río que alcanza cualquier orilla y va inundando al olvido”, define el cantautor Gastón Rodríguez, en una canción que dedicó a la memoria de los desaparecidos en la dictadura militar.






Rubén Olivera dedicó un programa de Sonidos y Silencios a abordar el tema de la memoria reciente sobre episodios relativos al ocultamiento del terrorismo de estado en los años setenta y ochenta, y los avatares políticos que han impedido hasta hoy hallar la verdad, e impartir justicia al respecto.

En particular, recordó las circunstancias del plebiscito que en 1989, cuando a solo 5 años de retornada la democracia, la ciudadanía decidió renunciar a investigar las violaciones a los derechos humanos en Uruguay en la dictadura.

“Durante la recolección de firmas pasaron cosas raras”, acusó Olivera, “algunas se perdían, se convocó a miles de ciudadanos a firmar con argumentos sin sentido, se filtraron listas con militares que votaban verde, que fueron sancionados, los canales censuraron una aviso filmado con Sara Méndez: o sea, era una democracia vigilada y asustada”.

El comunicador sostuvo que el miedo en la población fue azuzado por los políticos blancos y colorados de la época, que repetían una y otra vez en los medios que los militares no iban a aceptar otro resultado que no fuera el voto amarillo.

Aludiendo a ese episodio, Sonidos y Silencios compartió el poema de Idea Vilariño “El miedo”, entre otros testimonios sonoros de los involucrados en los años del terrorismo, y la época inmediatamente posterior.

La música popular uruguaya ha dedicado muchas canciones a evocar los episodios y secuelas de la cárcel, asesinatos, torturas y desapariciones forzadas de ciudadanos, ciudadanas y bebés.

Mauricio Ubal, por ejemplo, contó la historia de un niño que fue testigo del secuestro de su madre.

El Sabalero cantó una conmovedora nana dedicada a los niños robados y perdidos en la dictadura. La murga Falta y Resto, entre otros artistas, se plegaron a cantarles también.

Desde 1995, y como continuación de las primeras manifestaciones de familiares pidiendo justicia, al llegar el mes de mayo, cada año se celebra la “Marcha del Silencio”, y se leen los nombres de los más de 200 desaparecidos uruguayos.

Se tomó la fecha del 20 de mayo en conmemoración a la aparición de los cuerpos asesinados de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Wyler, que aparecieron en 1976.

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