jueves, 26 de marzo de 2015

"Los violentos no son enfermos", sostienen expertas en género

La licenciada en Trabajo Social Valentina Pérez y la psicóloga Patricia Siri trabajan desde sus respectivas disciplinas en el ámbito de la equidad y la violencia de género.Valentina Pérez y Patricia Siri. 
Valentina Pérez y Patricia Siri
“La sociedad toda tiene que estar muy preocupada por lo que está pasando en Uruguay tenemos a esta fecha 13 feminicidios, y es un número altísimo”, sostuvo en programa de Emisora del Sur El Truco de la Serpiente Valentina Pérez.
La licenciada en Trabajo Social opinó que se deben tratar de aplicar las políticas de género, porque la violencia de género involucra a toda la sociedad, y el Estado debe “hincarle el diente con toda la fuerza”.



Según explicó, la violencia parte de una desigualdad en una relación, donde el hombre es quien suele tener el poder, y destacó que Uruguay recién cuenta con una Ley de Violencia Doméstica de Prevención Detección Temprana, Acción y Erradicación desde 2002.

“Lamentablemente el hecho de ser mujer es un diferencial en contra para abrirse camino en nuestra sociedad”, afirmó en tanto Patricia Siri.

La psicóloga afirmó, “vivimos en una sociedad machista, a pesar de que somos tan poquitos y de que creemos que hemos avanzado, seguimos viviendo en una sociedad totalmente patriarcal”.

Según argumentaron las expertas, a través de sus respectivas experiencias han constatado que en distintos ámbitos se acentúan las diferencias y desigualdades entre el hombre y la mujer.

En cuanto al acceso al mercado laboral, ejemplificaron, a la hora de un llamado laboral, el solo hecho de ser mujer y estar en edad de procrear le juega en contra, en parte debido a la perspectiva de que tenga hijos, y necesite tiempo para la lactancia, o se presuma que eventualmente, va a tener mayor ausentismo en el trabajo.

En gran parte, las desigualdades de género y oportunidades se dan por las expectativas que tiene la sociedad respecto a los roles de género, y advirtieron, los prejuicios no son privativos de determinada clase de social, ni de los hombres.

“Somos las mayores reproductoras del machismo”, remarcó Pérez, y consideró, “las mujeres tenemos que aprender a detectar y escuchar, y dejar de minimizar”.

Otra puntualización que hicieron las expertas fue que la violencia no es una enfermedad, aunque se instale como tal, se contagie, progrese, y tenga características de “epidemia”, y que los violentos (acosadores, golpeadores o asesinos de mujeres), “no son enfermos”, aunque se suelan tipificar, o incluso justificar de ese modo.