En opinión de Ramos, los gobiernos frenteamplistas perdieron la oportunidad de generar cambios en el sector productivo y de incorporar tecnología. Para dar esos pasos, dijo, “es necesario otro Estado”.
Agregó que no son los organismos estatales actuales los que se necesitan para avanzar en ese sentido. Refiriéndose al Estado uruguayo marcó su coincidencia con la afirmación del candidato a la presidencia de Argentina Mauricio Macri de que “hay que terminar con Estado como aguantadero de la política”.
“En Uruguay hay debilitamiento institucional y el FA tiene una responsabilidad muy fuerte en eso”, afirmó. Sostuvo que en la adjudicación de dineros del Presupuesto inciden criterios de revancha y mencionó al Poder Judicial al Instituto Clemente Estable como dos ejemplos de ese tipo.
Dijo, además, que el presidente del Codicen, Wilson Netto, “fue agarrando posiciones de poder y desplazando a la coalición del cambio en el Ministerio de Educación y Cultura”, y que ese es otro indicador de esa lógica. Afirmó que van a haber más renuncias en el área.
Hay un debilitamiento de los controles, agregó en referencia a toda la gestión estatal. “La capacidad que tiene el Legislativo para analizar y estudiar las propuestas del Ejecutivo son nada”, sostuvo.
Según Ramos la administración del FA no logró avances estructurales; “puede haber avances periféricos”, afirmó. Dijo, como ejemplo de la certeza de su diagnóstico, que la puesta en práctica de Estatuto del Funcionario Público quedó en letra muerta.
Se trata, dijo de los ejemplos que manejó en la entrevista, de índices de que la gestión actual de la coalición favorece la “conservación del statu quo”. Acotó, sin embargo, que "no hay que menospreciar la capacidad del FA de reinventarse".
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