jueves, 4 de febrero de 2016

Alerta tras el intento de rapto de niños en balnearios de Rocha

Una niña de 12 años mientras paseaba  en su bicicleta ,fue raptada  por tres individuos en una camioneta .El hecho se registrò en la zona de playa La Aguada .Minutos después fue liberada por sus captores  en el ingreso a Antoniopolis, por Ruta 10 , segùn narraron fuentes policiales a Rochaaldìa. La ñiña no sufrió lesiones confirmaron. 


Un hecho similar se registrò en la Fortaleza de Santa Teresa ,donde el nerviosismo de familiares ;llevo a dudar que dos menores fueron raptados.Fuentes policiales ;dijeron que posteriormente fueron encontrados"fue un susto"afirmaron. Uno de ellos aparecio en la playa y el restante en una carpa.Se investigan estos hechos. Ampliaremos






En la red social Luis Rivero Pereira y Karen Silva Olivera,narraron una experiencia idéntica que les tocò vivir en  la Barra de Chui-Brasil ,cuando regresaban de un paseo por la barra uruguaya.

Ellos son  una pareja oriunda de Treinta y tres y San Carlos, se definen como trabajadores y  luchadores como muchos uruguayos.

Segùn narran en su declaraciòn ,Decidieron  sacar unos seis días para  ir a descansar en la Alborada (Santa Victoria do Palmar-Río grande do  Sul); "mis padres tienen una casita allí y nos prestaron su camioneta  para poder ir."

Aquí les dejamos la denuncia.-

El día miércoles 27/01/16 a las 20.50 viniendo de  pasear por la barra de Chuy-Uruguay decidimos bajar por la principal de  la Barra de Chui-Brasil a sacar unas fotos al mar ya que había  noctilucas. No pasaron ni 20 minutos cuando llegaron cuatro tipos  encapuchados gritando en portugués y armados con tres revólveres y una  escopeta.

Dos de cada lado, nos bajaron y tiraron en la arena, nos  pegaron, me manosearon toda, me metieron el dedo en todos lados (ano,  vagina) me arrastraron al furgón de la camioneta y pensé que me iban a  violar todos porque mi pareja gritó fuerte hasta no lo sentí más  (intentaron romperme la bombacha pero no pudieron). Yo me resistí con  todas las fuerzas hasta que sentí que mi pareja me dijo que estaba  atrás.

Nos encerraron y la camioneta marchó a toda velocidad  rumbo a  la escollera y no a Brasil (lo cual me tranquilizó);  ellos gritaban  porque no encontraban plata y pocas cosas de valor. Dijeron que nos iban  a bajar, pegarnos e irse con todo; eso hicieron nos amarraron manos,  boca y taparon los ojos. Nos dijeron que nos quedáramos ahí quietos sin  movernos porque nos mataban.

 Siempre amenazados con un arma en la  cabeza nos hicieron arrodillar espalda con espalda; entonces yo me había  medio destapado un ojo y vi que se iba a lo lejos una camioneta grande,  pero la Fiorino de mi padre seguía sobre la costa.

Cuando arrancó yo me  solté las manos y le saqué las vendas a  mi pareja; decidimos subir el  médano y atravesar un monte hasta encontrar alguna casa con gente. Fue  desgarrador y nunca estuve tan al borde de la muerte y en tanto peligro.

Me preguntaba por qué a nosotros… solo me quedó rezar mucho, mucho, y  eso me tranquilizó y me dio fuerzas para salir.
 Si preguntan si  había gente, sí había gente pescando y cuatro autos cuando bajamos;  también en la explanadita había muchos autos y gente paseando. Si  preguntan si andamos en cosas raras tanto nosotros como la familia,  quienes nos conocen saben que somos gente de bien y trabajo.

 Tanto  la policía brasilera en Santa Victoria como la uruguaya en el Chuy solo  nos preguntaron nimiedades y le dieron real importancia al robo de la  camioneta, una cámara “cara”, unos celulares y varias cosas más como  documentos, pero nunca miraron por nuestra integridad física ni mental,  nunca nos ofrecieron un médico ni nadie para hablar y desahogarnos.

Seguramente digan “toda mi vida fui a la Barra, a Hermenegildo o a  balnearios cercanos y jamás me pasó nada, ni escuché nada”, pero  lamentablemente todo lo que pasa en esos balnearios queda tapadito por  los mismos policías, comerciantes y personas que tienen casas para  alquilar para no ahuyentar turistas.

Así que, por favor, cuídense  ustedes y a su familia y ayúdennos a que se haga público para que nadie  más viva lo que nosotros vivimos.
 Saludos cordiales
 Luis Rivero Pereira
 Karen Silva Olivera