martes, 29 de mayo de 2018

Peña:"Los partidos tradicionales son responsables de la situación que sufre nuestra sociedad"

Por Daniel Peña- Representante Nacional- Partido de La Gente

Columna de opiniòn-
Basta de Tribuna

Los tres partidos tradicionales son responsables de la situación que sufre nuestra sociedad ante la inseguridad creciente. No es casualidad.








Hace ya 13 años que el Frente Amplio gobierna y esto se nota. La impunidad, envuelta para regalo en medidas erróneas e incapacidad de gestión, está costando sinsabores, miedos y vidas humanas.

El fracaso evidente del gobierno en esta materia ya es imposible de ocultar. Pero la responsabilidad es compartida, porque cuando el que gobierna se equivoca, no sabe, no quiere o no puede resolver una situación que afecta al conjunto, la oposición debe intervenir proponiendo salidas coherentes y claras.

La última bravata de Larrañaga, lanzando irresponsablemente la recolección de firmas para reformar la constitución tratando de posibilitar la intervención de los militares en la seguridad interna, no responde a la búsqueda de una solución para el país, sino a una estrategia de posicionamiento partidario: usa la seguridad para pelear su interna.

Proponer la intervención de los militares en este tema es como acudir a un incendio con enfermeros, sin agua ni extintores. Las experiencias de sociedades militarizadas son negativas. Hay ejemplos de sobra en nuestra región. Este tipo de afirmaciones lanzadas al voleo banaliza una situación muy compleja con un razonamiento ramplón y peligroso, porque el recurso facilista refuerza la demagogia electoral en lugar de aportar al debate serio y necesario.

Los militares no están preparados para una función que es netamente policial, pero además, este gobierno se encargó de degradar a la institución militar quitándole herramientas y pagándole sueldos de hambre. Hoy, el 45 % de los soldados vive bajo la línea de pobreza, como señaló hace poco el comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos… Los militares tienen serios desafíos por delante, que éste o el próximo gobierno deben encarar: la protección de nuestras fronteras ante el ingreso del narcotráfico y el tráfico de armas, por ejemplo, sobre todo tomando en cuenta que nuestras fronteras se han vuelto tan débiles y permeables que los gobiernos de países limítrofes ya han llamado la atención del gobierno del Frente Amplil ante este escenario.

La inseguridad no se combate agregando elementos cuya función es otra. Se combate con normativas que dejen preso al delincuente (y no libre como ahora); se combate brindando más recursos humanos a las fiscalías (que están desbordadas); se combate dando apoyo a la policía (que hoy se siente sola y desprotegida frente al avance del delito); se combate, en definitiva, con proyectos serios, y no con promesas vanas.

El único espacio político que encaró este tema con altura y sin egoísmos es el Partido de La Gente. Hay que decirlo: todos los demás siguen jugando en la chacrita de la ventaja personal. Edgardo Novick, por el contrario, convocó a los mejores profesionales del país, entre los que se encuentra el Licenciado en Seguridad Pública Robert Parrado, y a los mejores especialistas del mundo, encabezados por el ex alcalde de nueva York Rudolph Giuliani, quienes visitaron Uruguay, vieron los elementos técnicos con que se cuenta y están elaborando una propuesta concreta para nuestro país. La conclusión es clara y alarmante: los elementos están, falla la gestión. Como afirmó Novick: compraron una Ferrari y no saben manejar una bicicleta. ¿Alguien se puede imaginar a los militares interviniendo en la seguridad pública al mando de estos mismos incapaces que vienen destruyendo la paz y la armonía que caracterizó a nuestro país?
Ese es el problema, y no otro. Los militares deben hacer su trabajo: la defensa de la seguridad nacional, y tal vez, colaborar en alguna tarea alivianando a la policía, en la custodia de las cárceles, por ejemplo...

Los responsables del gobierno, los policías y los fiscales deben hacer lo suyo, como deben hacerlo los dirigentes políticos: proponer, discutir, jugarse y ofrecer soluciones. Bebemos profesionalizar la tarea policial, generando alta especialización, atacar la inseguridad en forma integral, sabiendo que el delito muta en su accionar y se corre hacia el interior, donde las fuerzas policiales casi no tienen recursos para actuar… Basta de tribuna, basta de aleteo para llamar la atención. Los uruguayos sabemos que, sin seguridad no hay libertad. El escenario es grave: no nos ofrezcan más de lo mismo… Somos 3 millones: la solución es posible.