Hace pocos meses se recibió de médica,se llama Natalia Cabrera, tiene 28 años y trabaja en la puerta de los hospitales de Río Branco y Melo, y en la Emergencia Emucar (ex UCAR), en Montevideo. “Cuando empecé a estudiar no me imaginaba esta realidad”, dice.
E
n su semana de más trabajo completa 12 horas diarias, todos los días. Gana entre 10 y 12 mil pesos al mes. Viaja todas las semanas a Cerro Largo, a Río Branco, dos veces por mes. Cuando va a Melo gasta 800 pesos en pasaje y gana 1.500 por una guardia de 24 horas. Va cuando la llaman. A pesar de que económicamente no le sirve mucho mantiene el trabajo porque lo necesitaprofesionalmente y necesita el trabajo. “Como somos jóvenes se abusan de eso y nos fijan guardias a cualquier hora y de un día para otro. A los médicos más veteranosno les hacen eso”, dice a SER MÉDICO.
Quiere hacer una especialización en ginecología pero el problema es la escasez de cupos.
Este año había 14 cupos y quedó en el numero 17. Por la residencia pagan 13.000 pesos por mes.
EL TRABAJO
“Si no es con un familiar o un conocido es imposible conseguir un trabajo; en algunos lugares te piden la recomendación de hasta dos médicos que ya trabajen en la misma institución. Por eso terminé trabajando en Río Branco, porque era el único lugar donde tenía un médico conocido”, subraya.
Y agrega: “cuando empecé a estudiar no me imaginaba esta realidad. Cuando me estaba por recibir me decían ‘quedate tranquila que hay laburo’, y es verdad que hay laburo, pero el que hay lo conseguís si tenés algún conocido, sino es imposible de conseguirlo”. “El estrés es tremendo. Yo estoy recién recibida y atiendo sola la puerta de un hospital. Es mucha responsabilidad y tengo solo unos meses de experiencia. En Facultad de Medicina te forman en la ‘medicina defensiva’. Entonces te perseguís mucho, vas a darle un Perifar a un paciente y lo pensás dos veces por miedo a las consecuencias.
No trabajas con libertad. Te da mucho miedo porque estás sola, tenés que tomar las decisiones sola y sos responsable por estas decisiones. Tengo algunas amigas que no se animan a ejercer por miedo”.
REALIDAD. La doctora Natalia Cabrera hace pocos meses que ejerce. Está sorprendida.
“SI DEJÁS QUE TE PASEN POR ARRIBA ESTÁS EN EL HORNO”
“Yo tengo 28 años, estoy recién recibida, tengo cara de nena y soy la jefa de puerta de unHospital Público, del Hospital de Río Branco. complicado que me tocó vivir no fue con un paciente sino con un enfermero. Yo le di una indicación a una paciente y él, delante de la paciente, me enfrentó y comenzó a discutirme la decisión que había tomado. Tuve que ponerme firme y ponerme dura con el enfermero, pero fue un momento de mucha tensión porque yo sabia que él hacia años que trabajaba en esa puerta y yo era una recién llegada.
Pero yo soy la médica y soy la responsable de las decisiones que se toman en la puerta del hospital.
Si dejás que te pasen por arriba estás en el horno”.
“Cuando empecé a estudiar no me imaginaba esta realidad”