
El 5 de diciembre el Tribunal de Apelaciones de lo
Contencioso Administrativo rechazó la apelación del gobierno y dio al
Ministerio de Industria, Energía y Minería un plazo de 15 días para hacer
pública la información sobre el proyecto de extracción de hierro a gran escala
de la multinacional Zamin Ferrous.
Los voceros de Uruguay libre de megaminería brindaron una
conferencia de prensa en la que analizaron la información recibida y las
consecuencias para el país del proyecto. “Se han inflado cifras. La empresa
arma un proyecto para venderlo y necesita valorizar lo que está haciendo”, dijo
Víctor Bachetta.
“Debemos señalar que, si bien el MIEM acató formalmente de
esta manera la decisión de la Justicia, esto no significó un acceso a nuevos
elementos sobre el proyecto”, dice un comunicado de esta organización social en
contra de la megaminería.
“Se nos mostró entonces un resumen del proyecto del distrito
minero y el mineroducto, sin la terminal portuaria, de 190 páginas y una lista
de temas confidenciales”, continúa el resumen presentado en conferencia de
prensa.
“Las partes del proyecto declaradas confidenciales incluyen
desde las bases de datos geofísicos y geoquímicos hasta las dimensiones de los
equipos y la operación de las minas en todas sus etapas, alegando que su
sumatoria permite calcular la cantidad y el valor del mineral a extraer que
constituye el negocio de la empresa”, cuestiona Uruguay libre de megaminería.
“El balance hídrico del proceso es otro punto oscuro donde
Aratirí viene cambiando los criterios y las cifras de “consumo de agua” de
forma arbitraria. Por ejemplo, toma como un “sistema cerrado” la circulación de
fluidos entre la planta de concentración y el embalse de relaves, así como
entre los dos caños del mineroducto, pero no cuenta la afectación de ríos,
arroyos y aguas subterráneas. Según Aratirí, todo estaría bajo control, pero
varias veces expresa en los documentos que, si la calidad del agua que desborda
los depósitos es mala, será lanzada al océano por un ducto submarino de 2,5
kilómetros paralelo a la terminal portuaria en la costa de Rocha”, dice el
documento.
“El plan de cierre de las minas confirma nuestros mayores
temores pues es un plan de abandono donde los cráteres de las minas quedarán
abiertos para irse llenando con agua de dudosa calidad en un proceso que
llevará décadas, mientras la empresa pretende dejar todo resuelto en tres años.
Quedarán también las pilas de estériles de 100 metros de alto expuestas a la
acción del viento y la lluvia que en un proceso erosivo natural llevarán ese
polvo y arena a grandes distancias”, culmina el documento presentado por
Uruguay libre de megaminería.
Este grupo anunció que continuará con su propósito de
convocar a un plebiscito para que la ciudadanía decida si quiere o no la
megaminería en Uruguay.