El 99% de las personas que trabajan en el sector doméstico son mujeres.
En el 1% de hombres se incluye a las personas transexuales que encuentran en
esa área una vía de salida laboral, dijo en De Diez a Doce el exviceministro de
Trabajo Nelson Loustaunau.
Un 19 de agosto (el de 2008) los trabajadores domésticas de Uruguay
tuvieron su primera negociación colectiva. "Es un megaderecho.
Ese día
adquirieron su ciudadanía laboral", afirmó Loustaunau.
Destacó ese hecho como democráticamente trascendente y elogió que tanto
empleados domésticas como empleadores se han comportado como si ese sector
tuviera tradición sindical. "Se ha comportado como si fueran sindicatos y
empleadores de muchos años", remarcó.
Este sector ha tenido un crecimiento exponencial en el reconocimiento de
sus derechos, dijo Loustaunau. Recordó que el pluriempleo es una situación muy
común en ese sector y aclaró que eso está contemplado en la ley.
El empleador, en la formalización, se siente resguardado, sostuvo y
comentó que aproximadamente el 55% del trabajo doméstico está regularizado. Es
el índice más alto de América Latina, remarcó.
Solo el 1% de los puestos corresponde a hombres. El sector es una vía de
salida del trabajo sexual para algunas personas transexuales, acotó.
Ya no es lujo
Nelson Loustaunau evaluó que el trabajo doméstico dejó de ser un lujo de
los ricos para ser una necesidad de la clase media. En esa línea, comentó que
sobre todo el subsector de cuidados ha crecido mucho, tanto en el país como en
el mundo. El trabajo doméstico adquiere así un estatus importante, sostuvo.