sábado, 1 de agosto de 2015

Un dìa como hoy pero de 1881, nacía el departamento de Rocha.

La fundación de Rocha.
A finales del año 1793, Pérez del Puerto tenía todo preparado para dirigirse al pago de Rocha y trazar los espacios urbanos. El 22 de noviembre de 1793 emprende el camino, y una vez instalado en el paraje, comenzó a delinear las calles. 


El amanzanamiento se ejecutó de acuerdo con los dictámenes reales: Cien cuadras cuadradas de 100 varas de lado, subdivididas en solares de 25 varas de frente por 50 de fondo. Inmediatamente se iniciaron las obras formando el cuerpo de guardia, un almacén de herramientas, la capilla provisional y una estancia para el capellán, todas fabricadas con ladrillo.


Firma de Rafael Pérez Puerto en calidad de testigo, en una escritura protocolizada
 por su padre José Pérez Cañizares en 1768.


La capilla quedó inaugurada el 23 de noviembre de 1794 bajo invocación de Nuestra Señora de los Remedios, elegida patrona de la villa, probablemente por elección de Rafael.
El terreno que actualmente ocupa la ciudad de Rocha era pertenencia de José Texeyra Caballero y con anterioridad a 1790, había sido propiedad de Manuel Balao y Vicente Machado, quienes a requerimiento de Rafael Pérez permutaron las haciendas por otros campos situados en la Estancia del Rey.
La población de Rocha se fue conformando lentamente. De las 40 casas proyectadas, tan sólo se habían construido 4 viviendas en 1795, y dos más en 1799. El proceso formativo de Rocha produjo muchos desvelos a Pérez del Puerto, que soportó unas condiciones mucho más complejas que las afrontadas en la villa de Minas. Rocha no fue promovida por la Hacienda Real, sino que las obras y materiales debían contratarse a asentistas.


 La mano de obra fue escasa, ya que no hubo aportación de operarios indígenas ni de los patriarcas familiares que debían instalarse en la villa, pues los pobladores todavía estaban por designar. Unido a que Rafael tenía asignados otros cometidos relacionados con las obras en los fuertes de Santa Teresa, San Miguel, Cuartel de Dragones en Maldonado, etc.


Asimismo, tuvo que resolver el desalojo de algunos individuos instalados en aquel pago, aplicando siempre un criterio de compensar a los desalojados, pese a que se le había dado instrucciones de no resarcir a los que careciesen del título de propiedad.

Desde principios de 1799, el marqués de Avilés ocupaba el cargo de virrey de Buenos Aires, y deseaba colocar sin espera a las familias en depósito transitorio. Nuevamente se planteó instalar a las familias peninsulares en la frontera nordeste con Brasil, a instancias del comandante militar Azara, dándoles ocupación en la actividad ganadera. Tal decisión vendría a suponer el abandono de la población de Rocha.

Conocida la reputación y solvencia de Pérez del Puerto, el virrey Avilés le llamó a consultas.

En febrero de 1800 Rafael presentó un informe que nuevamente fue decisivo. El virrey instruyó un decreto fechado el 18 de marzo de 1800, que daba continuidad a la formación de Rocha, permaneciendo bajo el auspicio de nuestro protagonista, sin tener que ajustarse a las 40 familias prefijadas.

Pese a que una y otra vez, sus reiteradas diligencias no terminaban de recibir una respuesta firme de las autoridades, el ministro de Real Hacienda no se desalentó y siguió apostando por el desarrollo de Rocha, bien posicionada entre Maldonado y Santa Teresa. Finalmente pudo culminar la formación de la población entre 1800-1801, con la conclusión de 23 viviendas destinadas a familias peninsulares, que serían los vecinos fundadores de Rocha.

Pérez del Puerto expidió un decreto con fecha 30 de diciembre de 1801, señalando la jurisdicción territorial de la villa, cuyos límites fueron por mar, desde el arroyo Garzón hasta el de Castillos, y por tierra desde el Alférez hasta el Cebollatí. También designó a su autoridad en la figura de un alcalde de hermandad, recayendo en Miguel Antonio Zalayeta.

A la postre, pudo felizmente consumarse la laboriosa, impecable e inteligente gestión de nuestro eminente aspense, fundador de la próspera ciudad de Rocha, municipio que cuenta con un gran conjunto de recursos naturales y turísticos.

Rafael Pérez del Puerto no regresaría a su tierra natal, concluyendo los últimos años de su vida en Buenos Aires, falleciendo en torno al año 1834.

Publicado en: Revista bienal La Serranica