
En verano, una productora musical montevideana almorzaba en un comercio fronterizo y pidió que subieran el volumen de Emma Shapplin, que sonaba en la radio.
Pero no era la cantante francesa sino la voz de Fernanda, que había grabado discos para entregar como souvenir en su cumpleaños de quince. La productora la contactó y le propuso ser telonera de Costa.
Informe de Ruben Pérez
Corresponsal Nacional de RNU
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