viernes, 18 de diciembre de 2015

Productores familiares de Rocha aumentan la productividad y duplican sus ingresos

Productores familiares en el departamento de Rocha lograron aumentar la producción de carne en un 23 % y los ingresos netos se duplicaron a U$S 60 por hectárea.


La actividad Hacia una ganadería familiar sustentable: Jornada final del proyecto Co-innovando en Rocha se enmarca en el Programa de Producción Familiar del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y tiene como objetivo presentar los resultados de dicho proyecto de investigación.




El proyecto de investigación y el Programa de Producción Familiar se vinculan, junto a instituciones locales, desde hace más de tres años con la producción de ganaderos familiar, señaló Verónica Aguerre, responsable del proyecto a TodoElCampo.

“En base a este proyecto de tres años vamos a presentar los resultados que hemos logrado y cómo hemos trabajado en esos predios”, explicó.

Se trata de siete predios ganaderos familiares donde el más pequeño tiene 70 hectáreas y el más grande 350 en las sierras de Rocha, con Índice Coneat que oscila entre 50 y 100. “Son campos bien de criadores, mucho manejo”, indicó la investigadora.

Aguerre comentó el desafío que representó para los productores e investigadores buscar la mejora de los resultados en predios familiares con campo natural en predios de cría. Asimismo, los resultados aparecieron y la investigadora explicó que se alcanzaron mejoras en todos los aspectos económicos productivos, con un aumento en la producción de carne del 23 %.

Ello, indicó Aguerre, se tradujo en la mejora de los ingresos netos a tal punto, que en los últimos tres años se duplicó a U$S 60 por hectárea.
Igualmente, la especialista no se quiso detener únicamente en los aspectos económicos y productivos, y apuntó que el grupo de productores logró avances en aspectos ambientales en el campo natural como biorecurso.

LA FORMA DE TRABAJAR

La investigadora de INIA manifestó que gran parte del éxito del proyecto radicó en que se entendió como punto de partida la mejora del sistema en conjunto, pensado por una familia para ser su sustento. Por ello, se analizó cada predio en función de sus objetivos y después se evaluaron las limitaciones y las fortalezas.

Eso, que parece fácil, se desarrolla en diferentes etapas, comentó. “Armamos un plan estratégico a tres años, acordamos con el productor las metas pero con un proceso largo y lo acompañamos en la implementación de esa estrategia”, informó. Ello no es menor –apuntó- porque así se entiende cuáles son las limitantes, cuándo se puede aplicar o no una tecnología con análisis continuos o con readaptaciones.
U
na de las principales características del proyecto, dijo Aguerre, es que INIA sólo proporcionó información y apoyo técnico, pero no financiación. Incluso señaló que las acciones tomadas no implican grandes inversiones por parte de los productores, sino que se trata de la gestión adecuada de sus propios recursos.