Un crimen que continua impune,la angustia que se devora a la familia y una muerte màs que se suma a las estadísticas de casos sin resolver.
En las ultimas horas Adriana Belmonte y Diego Chomnalez papàs de Lola ,dieron una entrevista exclusiva a Clarín . No les interesa contar públicamente cuánto extrañan a Lola (tampoco hace falta, flota en el aire). No necesitan hacer catarsis pública ni “mediatizar” –en palabras de la mamá– su dolor.
Pero sí reclaman respuestas.
“Queremos conseguir paz. No la tenemos ni la vamos a tener hasta que no sepamos quién mató a Lola y se haga justicia”, agrega el papá. Y en el transcurso de la charla lo repetirá media docena de veces. “Es muy feo tener un signo de interrogación. No hay certezas de nada. Y así no sabés si dirigís la tristeza a un singular, a un plural, a un masculino, a un femenino”, completa Adriana, mientras acaricia el lomo de Michelle, la gata de su hija, que camina por la mesa.
Durante todo este año que pasó, la Justicia uruguaya se
movió de maneras misteriosas. Los 15 indagados (incluido Tuzinkevich) fueron
liberados por falta de pruebas. Hasta ahora no encontró el eslabón perdido, a
pesar de un rastro de sangre que apareció en una toalla que Lola llevaba en su
mochila. La comparación de ese ADN dio negativo con las muestras de todos los
sospechosos. Tampoco apareció alguien con las características que describe el
único identikit de la causa, hecho a partir de la declaración de un testigo.
“La seguidilla de detenciones fue ridícula”, opina ahora Adriana.
Según cuenta el papá, el Gobierno y la Policía de Uruguay se
disculparon con ellos por cómo llevaron la investigación. Pero eso no disminuyó
su malestar con la Justicia. “No hicieron nada. La investigación es un chiste
macabro, creo que nos están tomando el pelo. No queremos poner adjetivos
calificativos. Ojalá que hagan eso que no hicieron en un primer momento. Pero
no lo creo”, dice el hombre, con un tono que oscila entre la bronca y la
resignación. Y refuerza el pedido de Justicia como la única forma de recuperar
algo de todo lo que se transformó en vacío: “A Lola no nos la devuelve nadie.
Al menos pedimos que se sepa la verdad”. Es lo último que dice.
La mamá aclara que no quieren entrar en controversia con la
jueza, Silvia Urioste, ni con el fiscal del caso, Rodrigo Morosoli, y que no
buscan que agarren a cualquiera. Pero admite que se sienten como frente a una
pantalla en negro. “No hay datos, no hay nada certero. El fiscal no nos atiende
el teléfono, no nos sentimos acompañados. Es para volverse locos”, resume la
mujer, quien admite que, ante semejante incertidumbre, por momentos teme hasta
una conspiración: “A veces llego a pensar que algo nos ocultan. Ponete en mi
cabeza, que piensa y maquina y maquina”.
Entonces la mamá de Lola se detiene. ..... “Deseo claridad y justicia para los magistrados.
Justicia sobre todo. Lola merece justicia. Y nosotros merecemos estar
aliviados”.
La Justicia de Uruguay es muy lenta
“Confío en la Justicia del hombre y, sobre todo, en la de
Dios. El culpable tiene que pagar en vida. Esto nos llenó de odio. Los asesinos
están sueltos, disfrutando de la vida, del sol, del día... y mi nieta, muerta”,
sostuvo la abuela de Lola, Beatriz Chomnalez, en una entrevista con PERFIL
publicada el pasado domingo.
“Ella tiene que estar en paz. Pero la Justicia de Uruguay es
muy lenta. Importan los derechos humanos o no herir a alguien, pero no la
muerte de Lola. Hay incongruencias”.
Desde la órbita policial ,y judicial trabajan nuevamente en la zona del crimen.
Nuestras fuentes manifiestan que más que construir una
atmósfera inquietante, lo que se ha generado en estos últimos meses de la
investigaciòn es dejar en manifiesto un sentimiento de comunidad, de que allí
todo el mundo se conoce y de que esa cercanía puede llevar a que surjan
relaciones que se quieran mantener en secreto .
Hoy está latente la hipótesis sobre si se està frente a un
delito doloso;o es un delito culposo.
Por la mente de los investigadores ,todo se cruza en el afàn
de llegar a la verdad.Se comienzan a generar dudas si quien dejò rastros de ADN
en el monedero que Lola llevaba en la mochila ,es el responsable de la muerte
de la adolescente. Tal vez un inocente sea enjuiciado como autor material del
crimen dudan.
La hipótesis fundamental de la criminalística es que el
criminal siempre se deja en el lugar del hecho algo que de modo alguno pueda
revelar la existencia de un delito y la identidad de su autor. Encontrar ese
pequeño elemento, pero a la vez enorme constancia probatoria, es el objetivo de
la mencionada ciencia.-
En esta investigación
pericial no se procedió a un correcto recorrido
de las tres etapas claves , dicen
las fuentes a saber: la búsqueda en la escena del crimen; su recogimiento y
envío al laboratorio; los exámenes analíticos, que llevan a su interpretación
final.
Partimos de la base que el indicio es frágil. Mal recogido se volvió inútil ,y se perdió la única prueba que hubiese identificado al
autor del hecho pesquisado.
Hay en la Léve du Corps una trilogía inseparable: examinar
el lugar, autopsiar el cadáver y retornar el lugar. Solo así se podrá responder
el cuestionario clásico: qué pasó, cuándo, cómo, quién lo hizo y por qué.-
El lugar del hecho es un recinto sagrado. Es tan importante lo que debe hacerse como
aquello que debe evitarse en pro de la investigación.
Regla Oro.
En la jerga policial se dice -guardar la regla de oro- a
preservar la escena de un crimen o dolo , sin modificar ni contaminar ,muchos
casos policiales se han visto afectados por no guardar dicha regla .
Los homicidios anuales ocurridos al 28 de diciembre pasado
fueron 257, número al que hay que sumarle la muerte de Lola.
Las fuentes explicaron que el 52% de los casos no aclarados
“es un número móvil”, “no cerrado” y aseguran que varios homicidios ocurridos
en 2014 se resolverán en los próximos meses.
Este crimen puede quedar sin resolverse asegurò a título
personal Chediak ,quien ademàs manifestò
que hay delitos donde el estado concentra todos sus esfuerzos y no son resueltos.
En nuestro paìs ,uno de cada dos casos crímenes, no tiene
resolución efectiva.