Se origina durante el verano segùn investigación del Instituto Clemente Estable .
Un estudio realizado por científicos del departamento de Microbiología del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (Iibce) indicó que en los meses de verano, aumenta de manera significativa la presencia de bacterias indicadoras de contaminación en las cachimbas del Cabo Polonio.
Si bien el Cabo Polonio pertenece al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), no tiene aún un plan de manejo aprobado, pero si cuenta con una propuesta que marca los principales lineamientos a tener en cuenta para la conservación de la zona. Sobreciencia RNU dialogó con Claudia Piccini, una de las integrantes del equipo investigador, quien contó cómo se trabajó en esta investigación.
“Nosotros leímos la propuesta y vimos que en la parte de agua dulce decía que hacía falta generar información sobre la calidad de agua. Y ahí, en el marco de una tesis de postgrado de Pedeciba, generamos este estudio, que lo diseñamos para ver cuáles son las principales amenazas y el riesgo que tiene el agua dulce en un lugar como el Cabo Polonio. Lo elegimos por ser un área protegida, un lugar pequeño y aislado, lo que nos permite saber que lo que veamos en el agua es porque se genera ahí, no porque venga de otro lado”, explicó.
Este grupo de investigadores realizó un trabajo de campo que consistió en cuatro campañas de muestreo en baja y alta temporada en las distintas zonas del Cabo Polonio. Allí se relevó que durante los meses de verano, hay presencia de coliformes fecales y concentración de materia orgánica, nitrógeno, fósforo y otros indicadores de contaminación.
“En la zona costera de nuestro país pasa lo que pasa en el resto del mundo, que en las costas se acumula la mayor parte de la población. Esto hace que generemos un impacto en el agua por nuestros desechos y el Cabo Polonio no es una excepción, porque también está afectado por la acumulación de gente que en determinada época del año llega en altas cantidades y se queda ahí durante unos meses. Hay muchos lugares del interior en los que se consume agua de pozo, o no tienen saneamiento, tienen pozos negros. Nuestra preocupación es qué pasa en las zonas costeras. A medida que aumentó tanto la población en la costa, hay que empezar a pensar en evitar impactar las fuentes de agua”, detalló Piccini.
La investigadora contó que lo interesante es que esos niveles de contaminación bajan a cero durante los meses de invierno. Esto indica que los niveles de contaminación que se observan en verano están asociados a la cantidad de gente que visita el Cabo Polonio durante enero y febrero, señaló.
“En esta investigación pudimos ver la repercusión importante que tiene en el agua la cantidad de personas que llega por día al Cabo Polonio. Nosotros estamos evaluando el tipo de terreno que hay, el impacto de que sea un terreno más rocoso o más arenoso, o que haya vegetación que pueda absorber parte de los nutrientes que uno deja en los desechos. Hay que tener en cuenta muchas variables del lugar, ver cómo impactan en la calidad de agua y si podemos usar esa información para predecir donde va a estar más contaminada o menos contaminada el agua y en qué momento del año, para poder contribuir al plan de gestión”, agregó.
Piccini dijo que si bien la gente compra agua para tomar, o no toma el agua de los pozos sin hacerle algún tratamiento, como por ejemplo hervirla, hay que prestar mucha atención a la manipulación de esa agua en todos los demás usos, como bañarse o lavarse los dientes.
“En el caso de la contaminación durante la temporada, si uno hierve el agua, mata las bacterias. El tema son los niños, que muchas veces juegan con el agua. Además, hay indicadores bacterianos, pero a veces puede haber virus también. Fuimos un par de veces a tomar muestras y se han encontrado virus que generan diarreas. Hay que recordar que en temporada hay que tener cuidado con esa agua”, advirtió.
Soluciones
La científica contó a Sobreciencia que dentro de la búsqueda de soluciones para este problema está el uso de pozos sépticos, además de un control de ingreso a esta área protegida de nuestro país, ya que el sistema del lugar es pequeño. Piccini expresó que la idea es tratar de que las cachimbas sean nuevamente el suministro de agua de la gente en el Cabo Polonio, gestionando mejor nuestros residuos para usar el agua que está allí.
“El Cabo Polonio, al estar aislado no tiene ninguna otra amenaza, no tiene cultivos cerca, es simplemente el impacto de los visitantes y los turistas que van en ese momento. Nosotros hemos generado distintas estrategias para filtrar el agua con materiales caseros, usar una construcción casera para remover partículas en el agua, porque muchas veces las bacterias fecales están pegadas a estas partículas, y con los filtros uno las puede remover y mejorar muchísimo la calidad del agua para consumir. Seguimos trabajando y recabando información para proponer cómo gestionar el agua en esos meses y recomendar limitar de alguna manera la cantidad de gente”-concluyó.
Texto: Alexandra Perrone
Foto:Sebagtur