Así lo indica un informe de la consultora Deloitte, como parte de un balance que señala una “economía estancada” y sectores “en recesión”.
La economía uruguaya se estancó a partir del segundo trimestre y hay varios sectores en recesión. Esta es una de las conclusiones de un informe que la consultora Deloitte divulgó este jueves a modo de balance del año que termina.
Es que, durante los últimos tres meses, el crecimiento literalmente frenó en seco, con el 0,0% de incremento del PBI.
Un producto que además había crecido apenas 0,1% en el segundo trimestre, frente al 1% experimentado en los primeros tres meses del año.
Los sectores en los que se puede apreciar una recesión en los últimos noventa días son varios, al medirse la perspectiva de oferta. Por ejemplo en la Construcción, con una caída de 0,2% en el período. Un rubro que ya había experimentado un descenso de 3,1% en el trimestre anterior.
También el rubro Comercio, Restaurantes y Hoteles tuvo un descenso de 1,5%. En idéntico sentido se decantó la industria manufacturera, con una baja de 1,2%.
Llamativa fue también la caída en Electricidad, Gas y Agua, sectores dominados en gran parte por la oferta pública, que retrocedieron 2,3%
La inflación empezó el año dentro del rango meta, pero volvió a subir a instancias del aumento del dólar. Apenas si logró ubicarse en el entorno del 7% al cierre del primer semestre, para escalar al 8% en noviembre.
Los resultados fiscales no mejoraron como el gobierno preveía en la última rendición de cuentas. Excluyendo el efecto de los “cincuentones”, el déficit fiscal continúa próximo a 4% del PIB
La consultora también apuntó que, pese a la suba del dólar en los últimos meses, Uruguay sigue manteniendo problemas de competitividad. Es más, por primera vez en varios años, el país está caro frente a Argentina y a Brasil en forma simultánea.
La afirmación queda de manifiesto al analizar la evolución del tipo de cambio real en los últimos años.
Tomando como base 2015 y con datos cerrados al 24 de diciembre, la relación del peso uruguayo frente al dólar se deterioró 26%. En el caso del peso argentino la variación fue de 30%, y frente al real fue de 35%.
En concreto, la moneda local se incrementó 12% el último año frente a su similar estadounidense.
En estos doce meses, el Banco Central compró un total de US$ 1920 millones para sostener la cotización. A su vez, la entidad vendió US$ 1400 millones en ese período.
En cuanto a la evolución del salario real, tuvo un freno en un contexto de
atraso en la negociación colectiva y por una mayor inflación.
Su variación, directamente, fue nula en 2018 según el informe, cuando el año pasado había visto un incremento de 3,5%.
El mercado de trabajo, en tanto, siguió con un proceso de deterioro. Al cierre del año, apunta el informe, hay 319 mil personas con problemas de empleo.
La cifra está con compuesta en primer término por 154.400 desocupados. A ellos deben sumarse unos 139 mil subempleados, que desean y necesitan trabajar más horas de las que lo hacen.
La cuenta se cierra con 19 mil personas “desalentadas”, que ya no buscan empleo pero que lo intentaron recientemente.
El cambio en el contexto externo y el enfriamiento de la economía suponen a su vez que el clima de expectativas sufra un fuerte deterioro.
Sin contar los efectos del cierre de la refinería de Ancap, el PBI terminará el último trimestre del año con un incremento de 2,1%.
El Índice de Confianza del Consumidor se ubica aún en zona de “moderado pesimismo”, en su peor registro en ocho años.
Más compleja es la percepción de los empresarios, que se sitúa en un “pesimismo atendible”, la escala más baja de la medición, siendo también la peor opinión desde 2010.
Al inicio de una temporada turística que ofrece más dudas que certezas y luego que el año pasado hubiera un récord de visitantes, que de todas formas gastaron menos, la crisis en Argentina tuvo un impacto muy importante en la actividad turística a partir del segundo trimestre de este año.
Entre setiembre de 2017 y el mismo mes de este año Argentina aportó el 67% de los turistas que llegaron al país. El 12% fueron brasileños y el 6% uruguayos residentes en el exterior.
Si se compara el período mayo- setiembre de 2018 con el mismo lapso del año anterior, la llegada de turistas bajó 11%. El incremento de 6% en el arribo de visitantes de otros destinos sirvió para atenuar apenas el desplome de 25% en el caso de los argentinos.
El gasto en términos reales decreció en ese período 5%. En el caso de los vecinos del Río de la Plata, la caída fue de 19%, atenuada una vez más por el incremento de 17% en el gasto de turistas de otros orígenes.
Ecos.La