Lo cierto es que hay 12.000 uniformados, entre policía y Fuerzas Armadas, que vigilan los lugares de Brasilia por donde pasará Bolsonaro. El operativo es tan estricto y pesado que ni siquiera los invitados especiales podrán llegar por su propia cuenta.
Estos tendrán que concentrarse en salones traseros de Itamaraty para ser llevados en vehículos al Palacio del Planalto, el punto culminante de la ceremonia de asunción.
Clarín.