martes, 6 de noviembre de 2012

Mieres sostiene que el PI crece y cuestiona políticas sociales del FA



En el año en que celebra su primera década, el Partido Independiente sigue creciendo, aseguró su presidente Pablo Mieres, en entrevista con De Diez a Doce. “Nos sentimos cada vez más fuertes y con capacidad de representar gente”, afirmó.

Pablo MieresSegún las encuestas, el partido está ahora en el piso de votación de 2009, por lo que todo hace prever que va a crecer, apuntó. “Hemos trabajado para ganarnos la confianza de más gente y eso va a ocurrir”, afirmó.

El presidente del PI desestimó que puedan acoplarse a la fórmula común que, si se concreta, harían blancos y colorados para ganarle la Intendencia de Montevideo al Frente Amplio. En su opinión, las alianzas no pueden ser en contra de algo. “Los partidos tradicionales son un bloque y nosotros no integramos ese bloque. Ya hemos dicho con claridad que no”, dijo y opinó que la alianza explícita de dos partidos diferentes “genera rechazo, a la gente no le gusta”.

Sobre el papel del PI en el tema del aborto, Mieres sostuvo que hicieron lo mejor que se podía hacer. “El partido salió fortalecido (del debate) porque asumimos la que creo que es la única posición que debe asumirse: dejar libre a la gente. Es un tema de convicciones y atraviesa a todos los partidos”. Por otra parte, recordó que el proyecto de Iván Posada data de 2003, año en que el Frente lo rechazó para impulsar el propio.

¿Cuáles son las prioridades programáticas del PI?

“Lamentablemente siguen siendo las de 2009”, dijo: educación, seguridad, políticas sociales con sentido promocional e infraestructura de crecimiento”.

En ese sentido, el dirigente lamentó que el país siga esperando el ferrocarril, ese ferrocarril que fue desmontado por los partidos tradicionales que se ocuparon de forestar sin pensar en el transporte de la materia prima, recordó.

Otras políticas sociales

Mieres se expresó crítico con las políticas sociales del Frente Amplio porque considera que no son fuertes ni se exigen. En la práctica, no se aplica la exigencia de que las familias manden a sus hijos a la escuela, aseguró e instó a “mandar una señal clara”.