lunes, 17 de agosto de 2015

Otro acto de violencia contra un médico en nuestro departamento.


Hemos tomado conocimiento de otra situación de hostilidad hacia un médico, nuevamente el hecho se originò en la ciudad de Castillos.


Desde el Colegio Medico y la Asociaciòn Medica de Rocha , rechazan toda manifestación de violencia, sin importar su magnitud, siempre resultan en detrimento de la confianza entre médicos y pacientes, e incluso en las instituciones de salud.

Debemos recordar que dìas atràs se registraron dos casos de igual tenasidad .
El primer  caso se registró  en la localidad de Castillos ,donde un profesional de la salud ,fue agredido verbalmente por una paciente .En el segundo caso una conocida Dra de la ciudad de Rocha ,fue atacada por el padre de uno de sus pacientes .

Anteriormente en Castillos otro medico sufrió amenaza con arma de fuego.
En el ejercicio de la medicina,tanto en lo público como en la privado  cada día más médicos sufren agresiones por parte de pacientes o sus familiares. Una realidad que enfrenta al profesional con la dolorosa paradoja de ser víctima de quienes debe asistir.




En los últimos años, la violencia se ha constituido en un problema de salud pública muy grave, que se ha extendido en la sociedad uruguaya  hasta alcanzar ámbitos como las escuelas o los hospitales.

Los casos van desde agresiones verbales hasta amenazas con armas, intimidaciones en domicilios particulares, golpes,empujones.
Y la guardia dentro del centro asistencial  es el lugar de choque. Además, el vínculo entre el médico de guardia y el paciente es ocasional, y eso no ayuda: la falta de conocimiento entre paciente y médico atenta contra la paciencia y la tolerancia, que a veces las largas esperas imponen.

Un dato a tener en cuenta, es que cerca del  90 por ciento de las consultas en emergencia en el sector público son para policlínica .Aun no se logra educar sobre la diferencia de los servicios ,dicen fuentes consultadas por Rochaaldía.

Existe además la percepción, entre los trabajadores de la salud, de que los actos de violencia forman parte del trabajo, produciéndose por tanto un subregistro importante cuando no son denunciados explican nuestras fuentes.

Para hacer frente a estas situaciones fue que el Sindicato Medico del Uruguay  publicó en el año  2009 en su página web (www.smu.org.uy), varios consejos para los médicos en caso de enfrentarse a un paciente o familiar que pueda resultar peligroso.
Aprender a prevenir

“Abordaje de situaciones difíciles” se llama el capítulo en el que se trata de explicar el porqué de las agresiones. Allí se indica que, “la hostilidad de los usuarios hacia un sistema sanitario que no cumple sus expectativas es dirigida hacia la figura del médico al que perciben como el culpable de un sistema socio-sanitario que no siempre es justo”.

También explica que “hay que aprender a prevenir la agresión, saber percibirla incluso cuando aún sólo se manifiesta de manera encubierta. Para ello, el grado de experiencia del propio médico es decisivo”, asegura.

El gremio plantea que es muy importante el manejo de la información y de los problemas que el paciente le lleva al médico para que este se los resuelva. Es preciso establecer un “vínculo de confianza” entre ambos.

Por eso se recomienda a los médicos tener mucho cuidado en la entrevista y manejar cuidadosamente la información que se le brinda, así como saber detectar en el paciente síntomas de agresividad.
Violencia encubierta

“Pacientes con expectativas diferentes sobre la atención que recibe o aquellos que desean obtener algo de forma ilícita, enfermos psiquiátricos con alteraciones del comportamiento o con tendencia a la agresividad, pueden reaccionar con violencia. Pero también aquellos que consideran que presionando y agrediendo a los médicos pueden obtener algún beneficio. En general el agresor espera más de lo que realmente se le está ofertando y cree que puede obtenerlo de esa manera, agrediendo”, indica el manual.

“En cualquier caso, la actitud de ponernos por debajo del paciente, educar y renegociar con el paciente esas expectativas, abrirá vías para una relación más terapéutica. Es aconsejable no invadir el espacio del paciente manteniendo la distancia acostumbrada sin levantarse, escuchar atentamente y reconocer los signos que indican amenaza inminente de violencia”, asegura la publicación.

También se hace especial hincapié en la reacción del médico frente a un paciente violento. Según el manual el profesional inexperto puede reaccionar con violencia, situación que solo agravaría el enfrentamiento con el usuario.

La violencia suele surgir por varios motivos: cuando la respuesta del médico es negativa a un requerimiento del paciente. Cuando se hace responsable al profesional de las frustraciones, cuando el usuario reclama responsabilidades y explicaciones. Pero también por un manejo inadecuado de la relación entre ambos.