Los problemas que el Ministerio de Desarrollo (Mides)
enfrenta tienen su origen en el mercado de trabajo y el organismo no tiene
potestad ni vocación de incidir en esa área, dijo el investigador Denis
Merklen. Sus programas contribuyen al acceso de sectores vulnerable a las
instituciones, puntualizó.
El Estado y la sociedad no pueden depositar demasiada
responsabilidad en los técnicos que trabajan en programas del Mides porque hay
problemas que no puede resolver, remarcó. Un técnico no puede resolver
situaciones de extrema de vulnerabilidad; no puede resolver problemas de
vivienda o de empleo, ejemplificó.
Apuntó que en términos de la promesas de programas como
Jóvenes en Red o Cercanías los resultados son menos importantes de lo que se
quisiera. “Probablemente eso pasa porque hay expectativas demasiado altas de lo
que el dispositivo puede hacer”, dijo.
“El Estado está haciendo un esfuerzo indudable, está
experimentando, está probando“, sostuvo Merklen. Agregó que una de las
fortalezas del Mides es que se ha dado a sí mismo la posibilidad de estudiarse
y monitorearse.
Del análisis de los programas surge que Uruguay tiene “instituciones
más fuertes de las que tenía hace una década atrás, que seguramente no son lo
suficientemente fuertes”, dijo el investigador.
En opinión de Merklen, “hay dispositivos novedosos” en el
trabajo del Mides. Que alguien se esté ocupando de cómo hacer para que las
instituciones lleguen a los intersticios más alejados de la vida social, es un
progreso.
Merklen fue uno de los participantes en la presentación de
la investigación "Las trayectorias de inclusión como estrategias de
integración social" realizada por el Departamento de Trabajo Social de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República.