jueves, 8 de junio de 2017

“Si hay olor a pescado, no compres pescado”, recomienda especialista.

Sobre la producción local, dijo que se destaca el esturión y se investiga para promover variedades como cangrejo sirí y camarón.

Luego de casos recientes de intoxicación por ingesta de alimentos, el integrante del Instituto de Investigaciones Pesqueras de la Facutad de Veterinaria, José Pedro Dragonetti, explicó los cuidados que hay que tener para el consumo de pescado.

Según contó a De Siembra RNU, precisamente “uno de los problemas que tiene el público uruguayo para no consumir pescado es porque no sabe si está fresco o podrido”.

Al respecto Dragonetti aconsejó que “si hay olor a pescado, no compres pescado. Si hay olor a hipoclorito, no compres pescado. Si hay olor a perfumante de ambiente, tampoco. Donde venden pescado y está fresco no hay olor a nada. O hay un levísimo olor a pescado y el superlativo no es menor”.





También se refirió a cómo evitar la contaminación cruzada y los controles que hay que tener en la manipulación.

El pescado “es la proteína de origen animal que más rápido se pudre” por lo cual “el frío es nuestro amigo”. El especialista recomendó conservar el pescado fresco entre 0 y 3 grados, no más.

Al momento de la compra, siempre debe ser lo último en adquirirse, para que el tiempo que transcurre hasta que llega al frío sea lo más breve posible. Y consumirlo en el día o como mucho en la jornada posterior.

Además se refirió al manejo y preparación de mejillones, sushi o ceviche.

Producción local

Sobre la producción nacional, dijo que la única variedad que está en un buen momento, “aunque parezca insólito, porque somos un país insólito, es el esturión. (…) Tenemos excelente caviar”, afirmó.

Señaló que en el Instituto que integra se está investigando en distintas líneas, buscando apoyar y promover mayor consumo y producción ictícola.

En este sentido destacó la promoción del aprovechamiento de variedades como cangrego sirí, camarón y algas, que si bien se producen a escala local bien podían jerarquizarse, aumentar el consumo y generar denominación de origen.

Otra variante muy factible y poco considerada, explicó, es la combinación de producción ictícola con la agropecuaria, por ejemplo mediante la cría de bagre negro en tajamares, lo que sería una alternativa local a variedades como el pangasius asiático.